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¡Deterioro fiscal!
¡Que no nos vengan a predicar que el incremento del déficit fiscal será neutral!
En una conferencia reciente a alumnos en el Colmex, dije: no es fácil identificar a “Pejenomics” en razón de que se ha tratado de un eclecticismo. Es decir, de una combinación de elementos ortodoxos, intervencionistas y estatistas. Entre los elementos ortodoxos, me permití destacar la disciplina fiscal. Pero ahora hago esa distinción en tiempo pasado. Ello, por el deterioro fiscal que el gobierno de la 4T ha decidido para el próximo 2024. En tal respecto, se estima que el déficit presupuestario pasará de 3.3% sobre el PIB en 2023 a 4.9% el siguiente año.
Se ha dicho que la alarma por el deterioro fiscal no es para tanto, que de ninguna manera el incremento del déficit fiscal es para armar escándalo. Es probable que la llamada a no exagerar sea indicada, pero en el otro lado están las lecciones de la Historia. El desastre económico en que terminaron los gobiernos de la Docena Trágica, de 1970 a 1982, tuvo como causa principal el desorden fiscal. No hay que olvidarlo. Y el deterioro presupuestal en el gobierno de Echeverría se inició en la misma forma que ahora, durante los años 1972 – 1973. “Así empezó Pepe Botella”, solía predicar mi abuela, “chupando corchos”.
El deterioro en la disciplina fiscal va a repercutir inexorablemente a corto y a mediano plazo. Hay que tener conciencia sobre esa repercusión. ¡Que no nos vengan a predicar que el incremento del déficit fiscal va a ser neutral! En el corto plazo, una de las más importantes repercusiones se dará en una contraposición de las políticas fiscal y monetaria. Por un lado, el Banco de México batallando por terminar de erradicar las presiones inflacionarias de los tiempos recientes y la Secretaría de Hacienda optando por el expansionismo fiscal. La contraposición recuerda el tremendo predominio fiscal que se impuso durante la referida Docena Trágica. ¡Otra vez, las lecciones de la Historia!
Y hacia el mediano plazo, las repercusiones se darán en un menor margen de acción para la política económica en general. Como lo dijo mi amigo y colega Jorge Chávez Presa, en el periódico Reforma, el domingo. El enfrentamiento de las políticas fiscal y monetaria ya implicará “un riesgo más, independientemente de quedar vulnerables ante cualquier perturbación interna o externa”. En el mismo sentido, aunque de manera más tajante, Alejandro Werner, exsubsecretario de Hacienda, señaló: “el aumento del déficit y del gasto es un error… la economía crece a tasas saludables y nos encontramos en pleno empleo.”