Detrás de los ultra radicales

Ni siquiera el polémico encuentro entre los senadores panistas y los líderes de VOX —el partido ultraconservador que sacudió al sistema partidista español— abrió espacios a los contenidos revelados hace un mes por WikiLeaks, sobre lo que sus editores denominaron La Red Intolerancia.

La filtración de más de 17,000 archivos generados del 2001 al 2017 tuvo como primeros recipientes a través de cuatro medios, entre ellos Contralínea, la revista dirigida por el periodista Miguel Badillo. Y es que esos documentos comprueban los vínculos entre políticos y activistas mexicanos Provida con las organizaciones HázteOir y CitizenGO.

Promotores y organizaciones que militan en El Yunque, movimiento cuya existencia en España y México ha sido materia de múltiples denuncias periodísticas en ambos lados del Atlántico. La Red Intolerancia concentra buena parte de su acervo en la organización de la edición 2012 del Congreso Mundial de las Familias, en Madrid,al que acudieron organizaciones de derecha que promueven los derechos reproductivos y se oponen al movimiento LGBTQI+.

En estos tres lustros, ambos extremos han escalado sus promociones en México, particularmente desde el 2018, cuando Morena trazó el objetivo de realizar reformas a los códigos penales y las leyes sanitarias para despenalizar el aborto e interrumpir el embarazo bajo ciertas causales.

“El tiempo es clave. Cada mes que pasa, más y más países aprueban leyes contrarias a la vida, a la familia y a la dignidad humana”, apremiaba Arsuaga a sus socios mexicanos, “debemos estar preparados para hacer frente a esa ofensiva y para ayudar a los provida y profamilia de todo el mundo en la guerra cultural y política que libran”.

Gracias a WikiLeaks quedaron expuestos los vínculos del fundador de HazteOir, Ignacio Arsuaga, y el presidente de WCF, Brian Brown, con activistas y políticos mexicanos; entre ellos, los promotores de Santiago Abascal.

Y gracias a las recientes decisión de la SCJN, las actividades de estos grupos —campañas digitales, fundraising y grassroots lobby, entre ellas— serán más nítidas. Igual, sus vinculaciones empresariales y políticas —que van desde instituciones como la fundación Incluyendo México hasta empresarios como Patrick Slim Domit— que están decididos a los sectores más conservadores en un nuevo partido.

Efectos secundarios

SACUDIDAS. Grupo Televisa y Live Nation Entertainment llegaron ayer a un acuerdo por 40% de las acciones de Ocesa, la compañía más relevante de entretenimiento en México y en América Latina, en una transacción que —de aprobarse por los órganos regulatorios— ascenderá a 5,206 millones de pesos. En el 2018, la empresa que preside Emilio Azcárraga inició un proceso para desinvertir sus activos no estratégicos, y este acuerdo ratifica su intención de concentrarse en su operación de cable y en el negocio de contenidos, vital en esta época en donde la competencia en las plataformas de streaming se ha convertido más que en un campo de batalla.

ESPECIALES. Por sus implicaciones en la carrera por el 2024, la fotografía del desayuno entre Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard en la víspera del cambio de poderes en Zacatecas desató críticas y especulaciones. ¿Publicidad engañosa? En esa misma mesa, testigos del encuentro, estuvieron media docena de invitados especiales: el gobernador entrante, Caty Monreal, Pedro Haces y Julión Álvarez. Esas imágenes circularon profusamente y generaron otra cascada de comentarios en las redes sociales. Ojo, asesores de imagen de los gobernadores morenistas: las fotografías con las familias —Alfonso Durazo, en la sala de su casa;  David Monreal, en su despacho de Palacio de Gobierno— pueden ser un bumerán, como le pasó a los que tildaron como “familia Vuitton”. ¿Adivinan a quién se refieren?