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Diferimiento, no exenciones, ¿será suficiente?
La reacción inmediata desde el gobierno, frente a la catástrofe que provocó el huracán Otis en Acapulco, considerado el principal puerto turístico del país, es la de conceder plazo a las unidades productivas y ciudadanos.
El gobierno, hasta ahora, no está exentando a los contribuyentes –en forma generalizada, aunque sí, acotada– del pago de las obligaciones fiscales.
Y en el caso de las obligaciones patronales, sólo les está dando tiempo para que paguen.
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) ofrece deducibilidad al 100% de las inversiones para la reconstrucción y el diferimiento de las retenciones del Impuesto Sobre la Renta de sueldos, al cuarto trimestre.
El gobierno federal publicó el lunes (30 de octubre) por la tarde, en el Diario Oficial de la Federación, una serie de apoyos fiscales que otorgará a los contribuyentes de las zonas afectadas por el huracán Otis en el estado de Guerrero, principalmente Acapulco, en aras de impulsar la reconstrucción y la reactivación económica.
Otra facilidad que otorgará el gobierno federal consiste en que los contribuyentes que paguen Impuesto al Valor Agregado (IVA) e Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) podrán cubrir en tres parcialidades el pago definitivo de esos tributos de octubre, noviembre y diciembre de 2023 para los meses de enero, febrero y marzo de 2024, sin generarse actualizaciones, recargos o multas.
Algunas personas físicas –que se encuentren bajo el supuesto del Título IV, Capítulo II, Sección IV de la Ley del Impuesto Sobre la Renta— podrán exentar el pago del ISR de los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2023.
En tanto que otro segmento de personas físicas –bajo el supuesto del Título IV, Capítulo II, Sección II de la Ley del Impuesto Sobre la Renta— podrán diferir sus declaraciones de impuestos de los bimestres quinto y sexto de 2023 para el siguiente año, a más tardar para el mes de febrero.
El decreto dispone que los contribuyentes que se dediquen exclusivamente a las actividades agrícolas, ganaderas, pesqueras o silvícolas, que hayan optado por hacer pagos semestrales del ISR, “podrán optar por presentar mensualmente las declaraciones del IVA” del segundo semestre.
Además, las personas físicas que tengan una vivienda en las zonas afectadas tendrán el derecho de no considerar como “ingresos acumulables” los “apoyos económicos o monetarios que reciban de personas morales o fideicomisos”.
En general, el SAT concede a los contribuyentes, plazo para el pago de sus obligaciones y exenciones muy limitadas. Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) amplió los plazos para el cumplimiento de obligaciones patronales ante el IMSS a las empresas afectadas por el huracán Otis.
Entre las principales medidas que anunció el Seguro Social, destacan: 1.- Se facilita a los patrones cuyos centros de trabajo estén en la zona afectada por el huracán Otis, al pago a plazos o diferido de las cuotas patronales hasta por los seis meses posteriores a la fecha de su solicitud.
2.-Se autoriza a la delegación del IMSS en Guerrero para la celebración de convenios de pago a plazos con las empresas afectadas.
3.- Se declara como inhábiles los días comprendidos desde el 24 de octubre de 2023 y hasta que se determine que han cesado las condiciones de emergencia para la práctica de actuaciones, diligencias, audiencias, notificaciones y/o requerimientos.
Y, 4.- Resolvió que: No existirán multas, ni recargos por la ampliación de los plazos otorgados.
El IMSS también ofrece plazo para el pago de las obligaciones patronales y la promesa de no cobrar multas y recargos por la ampliación de los plazos de pago.
Para que el SAT y el IMSS ofrezcan exenciones se requeriría de un decreto presidencial. Ojalá que en algún momento se decidan a emitirlo.
La pregunta es obvia: ¿el diferimiento o mayor plazo para el pago de las obligaciones fiscales y patronales, será suficiente para que se levanten de uno de los peores desastres que ha provocado un fenómeno natural en México?.
¿Será que el gobierno se estará quedando corto en el apoyo a los sectores productivos, frente a uno de los golpes más devastadores que ha sufrido el icónico Puerto de Acapulco?
El tiempo, que seguramente no será mucho, nos dará la respuesta. Por ahora, todo parece indicar que el apoyo que requiere el icónico puerto turístico, es mucho mayor, no sólo para la reconstrucción, sino para su reconversión y modernización.
Todo apunta a que la reconstrucción de Acapulco llevará mucho más tiempo y requerirá muchísimos más recursos y apoyos fiscales de los que hoy se están calculando.
En ese contexto, el deseo presidencial de que “no habrá amarga Navidad, para Acapulco” este fin de año, será simplemente eso, un deseo.
Al tiempo.