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Disney-Fox: afectaciones potenciales para el consumidor
En meses pasados, el Departamento de Justicia (DoJ, por sus siglas en inglés) de EUA avaló la compra de 21st Century Fox por parte de The Walt Disney Company, operación anunciada en diciembre del año pasado y valuada en poco más de 71,000 millones de dólares. Con ello, se consolidan dos gigantes de producción de contenidos audiovisuales cinematográficos y de televisión.
Al tratarse de una operación que integra a dos empresas que producen bienes similares (integración horizontal) y que reduciría el número de competidores en el mercado, corresponde a los órganos reguladores en el mundo analizar y evaluar el poder de mercado que este nuevo conglomerado alcanzaría frente a sus competidores, proveedores y distribuidores.
Es tal la preocupación que el DoJ de Estados Unidos prohibió la incorporación de canales de noticias, estaciones de televisión locales y particularmente, de su división de canales deportivos de Fox en aquel país. De manera similar reaccionaron autoridades de diversas latitudes. La Comisión Europea ordenó su separación de varios canales culturales.
En Brasil, el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) determinó que por los altos niveles de audiencia que alcanzan sus canales deportivos ostentaría una posición de ventaja en este segmento, relativo a sus competidores. Esta circunstancia derivaría en efectos adversos para los distribuidores de sus contenidos, los cableoperadores, pero sobre todo generaría afectaciones a los consumidores.
En México, con toda oportunidad la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), a través de su Subprocuraduría de Telecomunicaciones, anticipó y alertó sobre los potenciales efectos que traería consigo la fusión Disney-Fox sobre el segmento de contenidos deportivos. Al respecto, se encontró que con sus canales Fox Sports, en el caso de Fox, y ESPN, de Disney, se ofrecen contenidos deportivos que se transmiten en exclusiva a través de su oferta programática y que el grupo económico resultante de su integración “se encontraría en una posición de mayor poder de negociación y ventaja frente a los prestadores del servicio, quienes tendrían escasas alternativas a la aceptación de condiciones comerciales que Disney-Fox imponga”.
Esto debido a que el conglomerado concentraría 31.3% de las señales deportivas trasmitidas en México, razón marcadamente superior a la que alcanzan sus principales competidores, como Sky (12.5%) y Grupo Televisa (10.4%).
Asimismo, preocupa la afectación que podría generarse para las audiencias y suscriptores actuales de los contenidos de Fox Sports, al verse obligados a contratar por un mayor gasto, contenidos que hoy se incluyen en la programación contratada. Esto a partir de la introducción del canal y plataforma denominada Fox Sports Premium (FSP), opción a la carta de Fox que pretende lanzarse al comienzo de 2019 con un costo adicional de 139 pesos al mes.
En varios de los mercados en los que ya opera, FSP ha desplazado programación que se encontraba previamente incluida en los paquetes de televisión de paga para trasladarse a esta alternativa, pero a un costo extra mensual.
Lo anterior es relevante a la luz de que Fox Sports cuenta con derechos de exclusividad de varios equipos y torneos de fútbol de México y el mundo. Deporte que registra una gran afición en nuestro país.
Ante estas potenciales afectaciones al mercado de contenidos deportivos, es asunto de la competencia de los órganos correspondientes en México, el IFT y la Cofece, la definición e instrumentación de las condiciones específicas necesarias aplicables a esta fusión para salvaguardar los intereses de los consumidores mexicanos, nivelar el poder de negociación con los operadores de TV de paga y demás distribuidores de contenidos, así como para preservar un terreno de juego competitivo en el mercado.