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Disputas perdidas
En las condiciones actuales, es imposible que México pueda obtener un resultado favorable en este pleito y no solo por contar con un equipo negociador completamente nuevo y sin mucho expertise...
Hace algunos días, el titular de Poder Ejecutivo de nuestro país abordó el tema de las consultas por la controversia comercial entre Estados Unidos, Canadá y México durante su conferencia matutina y mencionó lo siguiente:
“Cuando se pensó que iba a haber conflictos por la consulta en materia energética informamos, aclaramos, dimos a conocer nuestro punto de vista y ellos han decidido no dar el paso hacia un panel y se está buscando un acuerdo, que no haya confrontación”.
Lo anterior, cobra importancia por el entorno en el que se encuentran dichas negociaciones, esto es, el relevo en la titularidad de la Secretaría de Economía, el nombramiento de un nuevo subsecretario de Comercio Exterior y el fin del plazo de 75 días que establece el acuerdo para las consultas.
Al respecto, hay algo que se debe puntualizar y que deja en claro que lo expresado por el presidente no tiene ningún sustento. De acuerdo con lo establecido dentro del tratado, una vez que concluyen los 75 días que corresponden a la primera fase de la controversia, es decir, las consultas, las partes agraviadas pueden extender el tiempo de negociación a su conveniencia o bien, solicitar el inicio del a segunda fase que correspondería a los paneles arbitrales, lo que en buen cristiano significa que, no se ha terminado el proceso, simplemente se está a la espera de que las partes agraviadas decidan cual será el siguiente paso que van a dar.
¿Por qué alargar el tiempo y no tomar una decisión definitiva?, la respuesta es muy sencilla y está ligada a un proceso puramente político, las elecciones intermedias que se celebrarán dentro de un par de semanas en la nación de las barras y las estrellas, donde, se renovará la Cámara de Representantes, parte del Senado y varias gubernaturas, situación que modificará radicalmente la posición del gobierno del demócrata Joe Biden y por lo tanto, la forma en que el gobierno procederá en todos los temas.
Siendo este tema uno de los más importantes en la agenda bilateral, es muy probable que en cuanto hayan pasado las elecciones en los Estados Unidos, se retome todo el proceso y se solicite formalmente el inicio de los paneles, después de todo, sin importar el resultado electoral, tanto demócratas como republicanos, saben que los intereses estadounidenses están en juego y aunque hay quienes dicen que podríamos salir bien librados, la realidad es que no será así.
En las condiciones actuales, es imposible que México pueda obtener un resultado favorable en este pleito y no solo por contar con un equipo negociador completamente nuevo y sin mucho expertise, sino porque el argumento sobre el cual se pretende construir la posición del país, nada tiene que ver con el reclamo que se hace, dado que, ellos argumentan que la política energética impulsada por el gobierno de México, impide la competencia dentro del mercado provocando que no exista un “piso parejo” entre las compañías estadunidenses y las empresas productivas del estado mexicano, la única forma que existe para que logremos tener un buen desenlace sería, que el gobierno decida cumplir con lo establecido en el acuerdo, quitándole a CFE y a Pemex, la ventaja sobre los demás participantes del mercado algo, que no se ve posible en el corto plazo.
Por cierto, es el propio embajador de Estados Unidos en nuestro país, Ken Salazar, quien aseguró que: “Las consultas siguen y eso no ha cambiado”. En fin, como diría el clásico, esto apenas comienza y desafortunadamente, llevamos las de perder, sin importar lo que se diga o pregone desde ciertos púlpitos.
*El autor es académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, conferencista, consultor experto en temas económicos, financieros y de gobierno, director fundador del sitio El Comentario del Día y conductor titular del programa Voces Universitarias.