Lectura 4:00 min
¿Distribuidora de medicamentos?: dos años
La confrontación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con laboratorios y distribuidores de medicamentos se ha prolongado y ha derivado en serios problemas de compra y abasto de medicamentos.
Por un lado, la decisión de comprar las medicinas en los mercados internacionales, ha resultado muy problemática y registra serios retrasos y compras incompletas que se están cubriendo con adjudicaciones directas.Lo han documentado las organizaciones gremiales de laboratorios y empresariales.
Juan de Villafranca, director de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf), ha dicho que el retraso de las compras consolidadas de fármacos que gestiona la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios y Proyectos (UNOPS) ha originado compras de pánico y debido a ello, el gobierno está comprando dos o tres veces más caros los medicamentos.
Coparmex, encabezada por José Medina Mora ha advertido del grave retraso en el proceso de compra y abasto de insumos para la salud en las instituciones públicas para el año 2021. Y ha señalado la opacidad de las compras.Respecto a la creación de una Distribuidora de Medicamentos del gobierno mexicano, su complejidad y tardanza, ha obligado a la subcontratación de los distribuidores privados.
Y es precisamente en la distribución, en donde se anticipa un severo cuello de botella cuya resolución parece no estar prevista: “la última milla”, es decir la entrega en las más de 4 mil unidades médicas en los estados de la República Mexicana, advierte el director ejecutivo de la Asociación Nacional de Distribuidores de Insumos para la Salud (ANDIS), Carlos Ramos.
El próximo mes de agosto de este año 2021 se cumplirán dos años -considerando que lo hizo en agosto del 2019- de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la creación de una distribuidora de medicamentos para combatir el oligopolio de las distribuidoras de medicamentos en México.
El presidente de la República dijo que la distribuidora de medicamentos gubernamental llevaría las medicinas, como lo hacen las empresas de papitas y refrescos, a los rincones más apartados del país.
La constitución de la nueva empresa, desde la perspectiva presidencial, sería el principal instrumento para romper con las prácticas monopólicas y beneficiar a los mexicanos con la disponibilidad de medicamentos. Además de la compra de medicinas en el extranjero, a través de la UNOPS.
Sin embargo, la realidad deja ver que cumplir una promesa, con todo y los nobles propósitos que tenga, no necesariamente es tan fácil.
En julio del 2020 el Jefe del Ejecutivo anunció que la empresa paraestatal Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), -que tenía como misión central la producción de vacunas- se convertiría en la nueva distribuidora estatal de medicamentos.
Recientemente se cumplió un año de aquella fecha y todavía no está funcionando la Distribuidora Birmex y su operación podría registrarse hasta mediados del 2022.
Mientras tanto el Instituto de la Salud para el Bienestar (Insabi) contrató a algunas distribuidoras como operadores logísticos para realizar la entrega de medicamentos en ocho zonas de la República Mexicana.
Insabi se quedó con la zona centro (Valle de México) y para cumplir con esta asignación también está subcontratando a empresas distribuidoras para cumplir con las entregas.
Está claro que la construcción de una distribuidora estatal de medicamentos, llevará más tiempo del previsto y su costo también es imprevisible. La compra consolidada que realiza UNOPS, será onerosa frente a la que realizaba el IMSS, lo que aunado a la subcontratación de distribuidores, elevará el precio de los medicamentos que está comprando el gobierno mexicano, más las insuficiencias de las propias medicinas que no se logran adquirir.
Valdría la pena que el gobierno mexicano tome en cuenta esta experiencia, frente a la reciente decisión de crear una distribuidora gubernamental de gas.
Esa vía llevará a la destrucción de un mercado y a la eventual escasez del energético. Y si no, al tiempo.