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EU se anticipa al fin de la pandemia; México esperará a la OMS
Ayer 11 de abril, el mundo se enteró que el presidente Joe Biden firmó una resolución para poner fin a la emergencia por Covid-19 en Estados Unidos. En realidad el mandatario fue forzado por sus opositores republicanos que controlan el Senado porque la intención inicial era dar un plazo de 60 días de preparación para finalizar las múltiples medidas de emergencia no sólo en el ámbito de salud sino hacia todos los sectores económicos.
De hecho se debió basar en las reglas internacionales bien marcadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). EUA se saltó el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) que es el instrumento legalmente vinculante que cubre medidas para prevenir la propagación internacional de enfermedades infecciosas. Y bajo dicho reglamento es que la comunidad internacional con la rectoría de la OMS se ha movido en esta pandemia. Apenas el 30 de enero el Comité del RSI coincidió en que la Covid-19 seguía siendo una enfermedad infecciosa peligrosa con la capacidad de causar daños sustanciales a la salud y los sistemas de salud, y que se necesitaba definir bien cómo lograr una transición segura para todos. En lo epidemiológico hay muchos puntos a considerar. Como dice el doctor Alejandro Macías -médico infectólogo y zar de la pandemia de influenza en 2009-, el virus no se terminará por decreto. Los epidemiólogos descartan un nuevo repunte de Covid gracias a que la mayoría de la población ya somos inmunes; el riesgo más bien es que venga una nueva pandemia de otro bicho.
El papel rector de OMS fue cuestionado en diferentes momentos de la crisis sanitaria en estos tres años. Hubo desencuentros con Estados Unidos y Europa; se llegó a criticar un control de parte de China y un posible origen intencional del virus. Incluso Estados Unidos, estando Trump de presidente, poco ayudó cuando anunció su salida de la OMS en pleno pico del virus pandémico.
Tedros Adhanom, titular de la OMS, se ha manifestado por el fin de la pandemia de COVID-19 en este 2023, al menos como una emergencia de salud pública de interés internacional. Es claro que va habiendo coincidencia en ese sentido. Las implicaciones de esa decisión anunciada por el país vecino son muchas y en muchos sentidos, sobretodo en el ámbito sanitario para los mismos estadunidenses. Pero las implicaciones para México son sanitarias y migratorias. Por lo pronto, dejarán de ser gratuitas las pruebas, los antivirales y las vacunas para el virus pandémico, porque legalmente desde ayer en Estados Unidos oficialmente ya no hay pandemia.
Entre las repercusiones para México está que ya no podrán ir los mexicanos a vacunarse contra Covid allá. Desde 2021 fueron millones de mexicanos a aplicarse la vacuna anti Covid, y en los últimos meses seguían yendo por la bivalente de Pfizer o Moderna que hasta ayer se aplicaba gratuitamente en cualquier farmacia en territorio estadounidense. El subsecretario López-Gatell llegó a estimar en 2021 que unos 2 millones de mexicanos se habían ido a aplicar la inmunización en territorio estadounidense. Ahora dichas vacunas contra Covid seguirán siendo gratuitas pero sólo para los estadounidenses quienes tengan cobertura de seguro.
Es importante saber qué pasará aquí México, porque teniendo de vecino al primer país que le bajó el perfil al Covid-19, nuestras autoridades deberán pronto definir una estrategia en consecuencia. Ayer en su conferencia mañanera el inquilino de Palacio Nacional, López Obrador, afirmó que esperarán a cuando lo defina la OMS. Pero qué pasará por ejemplo ahora que en Estados Unidos se empiecen a vender los tratamientos anti-covid o la vacuna. De por sí se sabe que entra de contrabando el Paxlovid, Remdesivir y Molnupiravir para tratar Covid, pero es riesgoso y mucho más costoso; sería más eficiente que aquí la Cofepris también ya vaya liberando la autorización normal y no sólo la de emergencia que sólo permite al gobierno la compra de dichos tratamientos anticovid.
