El Fondo de Pensiones para el Bienestar: el robo del siglo

Ayer 22 de abril,  fuimos testigos de una de esas discusiones estériles en la Cámara de Diputados, en este caso, alrededor del desaseado dictamen sobre la iniciativa de reforma a diversas leyes mediante la que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, decidió usar caprichosamente los ahorros de millones de trabajadores mexicanos que durante años ahorraron valiosos recursos para poder disfrutar de ellos y sus réditos a partir del momento en que pudieran optar por el retiro o jubilación.

No es un secreto que el gobierno federal, desesperado por ganar las elecciones de este año, decidió romper los cochinitos que no tenía, para canalizar miles de millones de pesos a un gran número de mexicanos, a través de diversos programas sociales -que ya se ha acreditado que no han sido objeto de una evaluación seria sobre su real eficacia-, y por supuesto, para poder concluir esas mega obras públicas, que no han podido demostrar son obras que tendrán un elevado impacto social. Sabemos que han demandado cientos de miles de millones de pesos, muy por encima de los costos originalmente prometidos, pero que impulsados por los caprichos presidenciales, el gobierno federal busca concluir este año.

Sin embargo, todo indica que derivado del irresponsable proceso de planeación, si es que lo hubo, resultará en un excesivo sobre costo para los mexicanos, que ya pasó factura para este 2024, pues la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) comunicó a fines de marzo paaado al Congreso de la Unión, que los elevados gastos de este 2024, se traducirán en un déficit de casi dos billones de pesos, monto que equivale a casi el 6% del PIB estimado para este año.

Es decir, que los ingresos del sector público se quedarán cortos en casi dos billones de pesos respecto del total del gasto neto del sector público, lo que ya habíamos comentado se traducirá en el mayor déficit de las finanzas públicas en poco más de tres décadas.

Regresando a lo que ayer se vio en la Cámara de Diputados, lo que ocurrió fue una discusión sobre la creación de un instrumento financiero que le resultará de gran utilidad al gobierno federal para hacer frente a la insuficiencia de los ingresos del sector público para poder cubrir todos los gastos que se causarán este año por todos los proyectos –poco estudiados- del gobierno del presidente López Obrador, y desde luego, los compromisos que queden para los siguientes años.

Los diputados de la 4T, se preocuparon por defender la creación del Fondo de Pensiones del Bienestar, sin preocuparse por que el dictamen estableciera con contundencia para qué diablos querían crear ese fondo. Se supone que es para que miles de trabajadores que alcancen la edad de retiro prevista en el marco legal, puedan aspirar a una pensión mensual de hasta $16,800 pesos mensuales, dependiendo de su último sueldo mensual, pero eso no lo resuelve el dictamen aprobado anoche. Ese pequeño detalle desnuda las perversas ambiciones del gobierno federal para echarle el ojo a cerca de 40 mil millones de pesos, que se estima suman las cuentas de personas de 70 años o más, que no han sido objeto de solicitud de retiro por parte de las personas que durante muchos años acumularon ahorros en ellas.

Para recapitular, ayer fuimos testigos de una discusión estéril en la Cámara de Diputados, donde unos apoyaron las intenciones del presidente López Obrador para poder disponer de miles de millones de pesos para financiar el irresponsable cierre de sexenio, por un lado, y de los argumentos de diputadas y diputados de oposición que cuestionaron la ambición desmedida del gobierno federal para disponer lo más pronto posible de esos recursos, por otro.

Lo único que queda claro es que el gobierno del presidente López Obrador activó todos los mecanismos posibles para poder llevar a cabo el robo del siglo: usar miles de millones de pesos ahorrados por millones de mexicanos, para quienes queda de manera incierta cuándo podrán recuperarlos, si es que un día buscan recuperarlos de acto gandalla del gobierno.

*El autor es economista.

@GerardoFloresR