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El G-20 y la economía de guerra
La destrucción de la infraestructura de Ucrania por la invasión afecta la producción, el almacenamiento y transporte. Además, las sanciones a las exportaciones rusas de granos y fertilizantes hacen otro tanto. Para la economía rusa en este año se estima que habrá una contracción del 15% de su PIB.
El Grupo de los 20 con sus ministros de finanzas y banqueros centrales se reunirán con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial del 18 al 24 de Abril. Es deseable que no solo se pronuncien en contra de los desastres provocados por la invasión rusa a Ucrania, sino que resuelvan sobre los efectos negativos que está produciendo la economía de guerra. Ello asociado a la escalada mundial de la inflación y el cCambio climático cada vez peor.
Hace tres meses el FMI hizo sus previsiones para este año. Pero los acontecimientos bélicos, las sanciones a Rusia y la problemática del suministro de energéticos están cambiando las perspectivas para peor.
Por lo pronto en Alemania ya está dando un vuelco en las tendencias y es importante porque es la economía más grande de Europa. Se estima para este año una contracción del Producto Interno Bruto del 5 por ciento. La base del cálculo es la dependencia de los hidrocarburos rusos, solo superables a largo plazo, en unos 10 años con una reconversión productiva. Según el Presidente de BASF, Martin Brudermuller “un paron del suministro significaría la mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial”. Mientras tanto, Estados Unidos cubrirá párte de la demanda alemana enviándole anualmente 50,000 millones de metros cúbicos de gas licuado.
Como si fuera poco, también están los incrementos de precios de los alimentos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), los precios de los alimentos y forrajes se elevarán en 22% en este año. Ucrania y Rusia son importantes exportadores de trigo, maíz y girasol en forma de semillas y aceite. La destrucción de la infraestructura de Ucrania por la invasión afecta la producción, el almacenamiento y transporte. Además, las sanciones a las exportaciones rusas de granos y fertilizantes hacen otro tanto. Para la economía rusa en este año se estima que habrá una contracción del 15% de su PIB.
La guerra elevó los precios de los energéticos y ha diferido las inversiones en fuentes alternativas a los combustibles fósiles. Aquellas son las pertinentes para detener la destrucción de la naturaleza por el cambio climático.
En Estados Unidos, dado el nivel muy bajo de popularidad del Presidente Biden, que llegó a la Casa Blanca promoviendo el uso de energías verdes, la industria petrolera se ha negado a elevar la producción generando mayores precios y ganancias para las empresas. Consecuentemente se afectan los asuntos asociados a los bolsillos de la poblacion.
Pero además de los efectos negativos de la invasion rusa está el escenario de crueldad con la muerte de 400 civiles ejecutados en la ciudad de Bucha, entre otras calamidades. La Embajadora de Estados Unidos en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidió expulsar a Rusia del Consejo de Derechos Humanos. Tuvo el respaldo de 93 países.
El G-20 se enfrenta a la tarea de actuar para evitar que sigan las masacres por la desestabilización de la economía mundial que presenta más inflación, mayores precios del petróleo, una emigración de refugiados de Ucrania que exceden a los 4 millones de personas y el desprestigio de las instituciones internacionales como la ONU.
El Presidente de Ucrania, Volomir Zelensky, ha dicho: “Si el Consejo de Seguridad no logra hacer responsable a Rusia demostrará que es un organismo inútil”. Tiene razón. La impotencia del organismo internacional pone en duda la utilidad de los recursos que se le han asignado para su operación.
