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El Inegi y el PIB 2023 en México
La recuperación económica está llegando, aunque aún no a los niveles que existían en el 2018, último año del anterior gobierno. A pesar de las adversidades que se presentaron en los últimos años, habrá crecimiento en el sexenio del presidente López Obrador. Lo anterior no lo podemos regatear, porque en este sexenio no se manifestaron crisis económicas provocadas por el gobierno como sí ha ocurrido en múltiples ocasiones. En efecto, habría sido el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-88) el que presentó en menor nivel de crecimiento en 50 años, las razones fueron el problema de deuda y excesos de los sexenios de Luis Echeverría (1970-76) y José López Portillo (1976-82) y, tres crisis durante el mismo gobierno, prácticamente el crecimiento fue nulo. Siempre se puede aspirar a más, pero en este gobierno impactaron negativamente fenómenos como la pandemia del Covid-19 cuyo antecedente data de 100 años y tasas de inflación globales no vistas en 40 años, al mismo tiempo podemos sumar el cambio severo de reglas del juego económico producto de un nuevo régimen no dispuesto a ceder un ápice en su búsqueda por implementar un nuevo modelo económico de desarrollo, el anterior data de 36 años. Visto así se explica claramente el por qué el crecimiento en este gobierno puede resultar bajo pese a que se viene creciendo a tasas superiores a 3 por ciento. El día de ayer el Inegi no presentó los datos de crecimiento del cierre del año 2023. El año pasado nuestra economía creció 3.1% con relación al 2022. Poniendo este crecimiento en perspectiva se puede decir que entre el 2018 (inicio del sexenio) y el 2023 en cinco años se habrá crecido en promedio 0.66 por ciento. Sí a lo anterior agregamos que la población creció a un ritmo aproximado de 1%, el PIB de 0.66% claramente es menor que el aumento poblacional lo que no lleva a afirmar que hoy nuestra economía es menor a la del 2018 y por lo mismo vale menos.
Luego de lo perdido, y en momento de recuperación como en el que nos encontramos, los elementos que más deben de preocupar son el aumento de precios que nos están llevando a persistentes tasas altas lo que detona en tasas de interés igualmente altas y, la posición fiscal del gobierno cada vez más apretadas no sólo por el costo del dinero, sino por los compromisos de gasto público difíciles de cortar como las pensiones, programas sociales y pago de intereses de la deuda acumulada a lo largo de los años. Por fortuna tenemos en el Banco de México, con Victoria Ceja a la cabeza, y en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con Rogelio Ramírez de la O, funcionarios perfectamente calificados para poder afrontar los desafíos monetarios y fiscales en los que nos encontramos, lo que en su momento haría pertinente que se tuviera continuidad en sus políticas en el nuevo sexenio ya que éstas permiten mantener una política monetaria y fiscal disciplinadas.