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Opinión

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El PIB sin estímulos, sin inversión y con pandemia

No hay manera de poder acomodar los datos para justificar el manejo económico durante esta administración.

Si la comparación es en términos anuales, de los 12 trimestres que lleva esta administración, tenemos ocho con resultados negativos, uno con crecimiento por herencia del pasado y sólo tres trimestres de rebote tras la peor recesión en 90 años.

Y si la comparación se hace contra el trimestre anterior, vemos que la recuperación después de la crisis por la pandemia de Covid-19 terminó el verano del año pasado.

La mala condición económica por la pandemia es mundial, pero nuestro país llegó a esa crisis en recesión y no ha tenido la capacidad de encontrar el impulso para salir de ella.

Antes de que se tomara la primera medida para contener la ola de contagios en México del SARS-CoV-2, por allá de marzo del 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) de México ya acumulaba cuatro trimestres consecutivos con retrocesos. Este país caía, mientras el mundo crecía. Ahí están los datos.

Pero antes de que llegara a México la enfermedad global, ya estaba sembrado aquí otro virus que ahí está presente y que no parece tener intensiones de ser erradicado: la desconfianza.

Desde octubre del 2018, cuando desapareció del mapa Enrique Peña Nieto y comenzó de facto el gobierno de López Obrador, la 4T tomó su primera decisión que sentaría las bases de una relación maltrecha entre el nuevo gobierno y los inversionistas.

La cancelación de la construcción del Aeropuerto de Texcoco fue la confirmación del inicio de una autocracia que marcaría todos los parámetros a seguir. Después vendría la cancelación arbitraria de la planta cervecera de Constellation Brands en Mexicali y la contrarreforma energética en curso como la confirmación del camino anti empresarial.

Y así como esas ocho caídas en 12 trimestres de este gobierno son datos duros, así, el indicador de la Inversión Fija Bruta también es un número frío que nos marca que, en este país, desde octubre del 2018 hay una caída constante de los capitales dispuestos a invertir en México.

El mal desempeño del sector terciario de la economía es otro dato duro, oficial, que muestra como la principal actividad económica en este país no levanta. En buena medida por ese abandono a su suerte de millones de agentes económicos que estuvieron a su suerte en plena crisis económica por el confinamiento de la pandemia.

Las finanzas públicas daban margen para la atención de muchos afectados por la crisis, pero fue prioritario para esta administración dirigir los recursos disponibles a los programas asistencialistas y a las obras de infraestructura que no han dejado ningún beneficio y que difícilmente lo harán en los años por venir.

Lo que marcan los datos estadísticos oficiales es que la economía mexicana ha estado la mayor parte del sexenio en recesión, que la recuperación económica se interrumpió muy rápido para regresar a los números negativos. Que la inversión lleva más de tres años estancada y que el sector terciario de la economía está pasmado.

ecampos@eleconomista.mx

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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