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Opinión

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El PRI no debe morir

Varios analistas políticos dan por muerto al PRI después de los malos resultados electorales de las últimas fechas, de la pérdida de la mayoría de sus gubernaturas y las acusaciones de corrupción a su dirigente.

No es la primera vez que se da por muerto a este partido, después de la derrota ante el PAN y Vicente Fox, muchos dijeron que era el fin del PRI, sin embargo, con la fuerza de sus gobernadores y su fortaleza institucional, el PRI regresó 12 años después y volvió a ganar la presidencia.

Es cierto que en estos momentos la situación es diferente, el PRI tiene sólo tres gubernaturas y dos de ellas podría perderlas el próximo año, Estado de México y Coahuila, pero si logra ganarlas, podríamos estar viendo el renacer del partido.

Más allá de lo anterior, el PRI no va a morir porque mantiene una base importante de militantes que no se ven en ningún otro partido y permanecerán fieles a su militancia pase lo que pase.

Los priistas no caben en el PAN, no sólo porque han sido sus adversarios históricos, sino porque la militancia priista no tiene nada que ver con el conservadurismo del panismo y de muchos miembros. Son una clase social más popular y tienen una forma muy diferente de hacer política.

Los priistas no caben tampoco en Morena porque son institucionales, rechazan los liderazgos mesiánicos, la destrucción de las instituciones que ellos crearon y sobre todo la violencia que promueven la dirigencia y los extremistas de ese partido.

Los priistas podrían engrosar las filas del PRD, pero desgraciadamente este partido está más cerca de desparecer y no sería una opción triunfadora. El PRD tampoco debe desaparecer, es la única opción de una izquierda democrática y moderna que tenemos en México.

Con los partidos paleros de Morena, los priistas no tienen tampoco nada que ver, Trabajo y Verde, en ambos no hay vida institucional y están manejados por una camarilla o una familia. Algo similar sucede con MC, es un partido controlado por una sola persona y no tiene vida institucional y democracia interna.

El PRI no va a morir porque los priistas, dirigentes y de base, no tienen a dónde ir; son políticos y militantes que sólo saben ser priistas. Su forma de hacer política es diferente a la de cualquier otro partido, son disciplinados institucionales, revolucionarios y pacíficos y nos guste o no, son el partido histórico de México.

El PRI no está muerto y a pesar de estar probablemente en la peor crisis de su historia, mantiene 18% de preferencias electorales y sus votos son indispensables para ganarle a Morena la presidencia de la República.

El PRI no debe morir y menos en estos momentos, sólo con su participación y en alianza con el PAN y el PRD será posible echar fuera a Morena y con un gobierno de coalición, revertir todo el desastre del gobierno de López Obrador. Por esta razón su dirigencia debe hacer un profundo análisis de conciencia y no anteponer sus intereses personales, a los intereses del partido y del país.

Ciudadano interesado en las soluciones para el país y la Ciudad de México. Político mexicano, ha sido diputado federal (1988-1991), senador (2000-2006) y jefe delegacional de Miguel Hidalgo (2009-2012)

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