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Opinión

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El Verano del Soul o cuando la revolución no se televisó

En el verano de 1969 mientras Neil Armstrong y la tripulación del Apolo 11 pisaba por primera vez la superficie de la Luna y el mundo tenía sus oídos sintonizados en la cumbre de la cultura hippie, el festival de música y arte de Woodstock, en Harlem, Nueva York, sucedió un acontecimiento que reunió a la crema de la cultura afroamericana. Una mezcla de jazz, blues, soul, góspel, R & B y pop.

Durante seis fines de semana el Festival Cultural de Harlem reunió en el Mount Morris Park —hoy Marcus Garvey Park— a más de 300,000 personas quienes pudieron ver gratis a artistas como Stevie Wonder, B. B. King, The 5th Dimension, The Chambers Brothers, Sly and the Family Stone, Mahalia Jackson, Max Roach, The Staples Singers, Nina Simone, Mongo Santamaría, Ray Barretto, Gladys Knight & The Pips, Hugh Masekela y David Ruffin.

Algunos lo han llamado el “Woodstock Negro” y tras medio siglo de permanecer guardado este fragmento de la historia finalmente vio la luz en el documental Summer of Soul (When the revolution could not be televised).

Ahmir “Questlove” Thompson es mejor conocido como el baterista de la banda de hip hop The Roots, director musical de The Tonight Show con Jimmy Fallon y ocasionalmente también autor de libros sobre música y creatividad. Summer of Soul (When the revolution could not be televised (disponible en la plataforma Star+) representa su debut como director. Thompson tiene la oportunidad de contar una historia sobre la música afroamericana en 1969. Tuvo acceso a más de 150 horas de material, que gracias al productor Hal Tulchin quedó registrado en su totalidad. Thompson fue el responsable de desempolvar este valiosísimo documento cinematográfico musical al intercambiar su rol de curador, músico, DJ y convertirse en un historiador y académico para contarnos este fragmento de historia musical.

En 1969, la música afroamericana estaba en un punto de profunda transición. Los asesinatos de Martin Luther King Jr. y Malcolm X hicieron que los artistas se politizaran y buscaran una nueva identidad donde se celebraba la negritud y lo afrocéntrico se volvía crucial en el discurso de los nuevos artistas. La música afroamericana comenzaba a alejarse del optimismo y la vitalidad del sonido de Motown o Stax, de aquellas melodías popularizadas por grupos como The Temptations, The Supremes, Martha & The Vandellas, Smokey Robinson & The Miracles con coreografías perfectamente ensayadas, para regresar a los orígenes y enaltecer la idea de “Black is beautiful”.

“Say it loud, I’m black and I’m proud” era el himno celebratorio de James Brown, mientras Sly & The Family Stone buscaba conectarnos con las raíces de África y a la vez presentar una visión multiracial e integrada.

Las presentaciones de Stevie Wonder, The Chambers Brothers y las coreografías de The 5th Dimension con “Age of Aquarius” del musical “Hair” calientan los ánimos del festival. Es la presentación de Mahalia Jackson la que verdaderamente se lleva la película con una interpretación sublime de “Precious Lord, Take My Hand”, la canción preferida del reverendo Martin Luther King Jr.  De la mano de Mavis Staples, de The Staples Singers, Mahalia Jackson nos demuestra por qué es una de las voces más importantes del siglo XX y de la historia de la música. La lucha de los derechos civiles en Estados Unidos, la historia de los afroamericanos y el peso del gospel religioso se entrelazan en esa interpretación.

En Summer of Soul desfilan los sonidos de Motown, el funk de Sly and the Family Stone, el blues de B. B. King y Nina Simone. También se cruza la música latina del cubano Mongo Santamaría y el congalero Nuyorican Ray Barretto con su fusión de boogaloo, soul latino y un precursor de la salsa que explotaría también en años posteriores con otros artistas de la célebre disquera Fania Records.

El Festival Cultural de Harlem fue un evento con muchos cruces políticos, culturales y musicales. El evento fue realizado con auspicio del gobierno local y las Panteras Negras ayudaron como personal de seguridad del evento. Se congregaron varias generaciones de afroamericanos en un mismo lugar, con un espíritu comunitario y social.

Thompson nos muestra un retrato de Harlem en 1969 con todo y las disparidades sociales de aquella época y las desigualdades económicas presentes en estas comunidades. Summer of Soul es una clase de historia afroamericana. Es el retrato de un momento cultural particular, un caldo de cultivo donde también confluyeron distintas nacionalidades, movimientos sociales y musicales que son fundamentales para entender los movimientos que se dieron en las décadas subsecuentes.

Thompson es nuestro maestro de historia y música en esta experiencia cinematográfica que todo amante de la música debe experimentar. 

antonio.becerril@eleconomista.mx 

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Coordinador de Operaciones Online. Periodista. Desde el 2019 escribe la columna semanal sobre música “Mixtape” en El Economista. Ha sido reportero de tecnología y negocios, startups, cultura pop, y coeditor del suplemento de The Washington Post y RIPE.

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