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Opinión

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El acceso a una vivienda digna en México

Alguna vez te has preguntado ¿qué significa tu casa para ti? Generalmente cuando yo realizo esa pregunta, las respuestas suelen ser siempre las mismas: “es el patrimonio de mi familia, es el lugar donde están mis recuerdos, un lugar seguro donde vivir”. Sin embargo, esta no es la realidad para muchos connacionales en México.

De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en México existe un rezago habitacional del 45% con una clara desigualdad en disponibilidad de equipamiento, infraestructura, y acceso a servicios básicos. “El derecho a la vivienda digna y decorosa es el que tiene todo hombre, mujer, joven y niño de tener un hogar y una comunidad seguros en que pueden vivir en paz y dignidad”. (ONU, 2008)

Las características que debe reunir una vivienda digna son:

  1. Que no ponga en riesgo la satisfacción de otras necesidades básicas. Es decir, que no se deje de acceder a una alimentación o educación adecuada por pagar un alquiler o una hipoteca.
  2. Seguridad de propiedad. En otras palabras, que la familia sea quien realmente le de uso y disfrute a la propiedad, sin estar sujeta a perderla por causas ajenas a sus propios compromisos adquiridos.
  3. Con materiales y diseños de calidad. ¿Cuántas veces aun nos encontramos con vivienda levantada con materiales de desecho en zonas de alto riesgo?
  4. Buena ubicación y acceso a servicios básicos. Existen muchas personas que no tienen acceso a agua potable, electricidad, educación.
  5. Seguridad y en hábitat digno. El área que rodea una vivienda debe de tener condiciones mínimas de habitabilidad para asegurar un desarrollo adecuado de los mismos habitantes que le habitan. En algunas zonas del país, lamentablemente, esto es una quimera. La seguridad no se limita solamente a la delincuencia que puede rodear a una comunidad, debe de abarcar la seguridad física de las construcciones. Esto es, que no se encuentre sobre minas de arena, en cauces secos de ríos, en barrancas proclives a deslaves, en zona sísmicas o de huracanes; por mencionar algunos factores que deberían formar parte de la seguridad de una vivienda.

Ahora bien, lo más sencillo es mencionar cuáles son los ideales y cuáles las problemáticas de mayor impacto. El verdadero reto reside en encontrar como sociedad, las soluciones viables que impacten de manera rápida la calidad de vida de las personas.

Estas soluciones no son mágicas y requieren de un trabajo en conjunto a todos los niveles de gobierno, tanto federal, estatal y municipal; así como de diferentes organismos de la sociedad como son los colegios de notarios, colegios de ingenieros, arquitectos, empresas de construcción y el ciudadano.

Con base en esto, podemos asumir que las acciones son muy difíciles de orquestar e implementar, no obstante, son vitales si realmente se quiere aspirar a lograr abatir el rezago de vivienda digna que padece el país.

Un primer paso que recomendaría, es la regularización de la tenencia de la tierra y las propiedades que estén construidas arriba de miles de terrenos sin protección jurídica, a favor del dueño de los mismos.

En dicha iniciativa, el esfuerzo de aceptar dar apoyos fiscales para no tener que pagar tantos impuestos, por poner en orden la propiedad del bien raíz, es enorme por parte de las tesorerías de los tres niveles de gobierno y de los colegios de notarios locales. No podemos pensar en acceso a créditos u otros apoyos, mientras que no se tenga certeza de que, quién los recibe, es el dueño legal de dicha propiedad.

Este, es un pequeño pero importante paso para ir desenredando un nudo gordiano de un problema con múltiples aristas.

*El autor es Director de Creditaria México.

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