Lectura 5:00 min
El día que Pemex rechazó 4,200 mdd
Justo cuando Petróleos Mexicanos (Pemex) requiere fuertes inversiones para la exploración y explotación de crudo, decide rechazar 4,200 millones de dólares.
Cuando Pemex está en el ojo del huracán, cuando las agencias calificadoras la observan con lupa, Pemex renuncia a los siete farmouts o alianzas con inversionistas extranjeros, cuyas inversiones proyectadas serían por 4,219 millones de dólares.
Pemex se dio el lujo de rechazar tales inversiones multimillonarias, apenas unos días después de que la agencia calificadora Fitch rebajó a calidad “basura” los bonos de Pemex.
Y Moody’s revisó la perspectiva de la nota soberana de Estable a Negativa, precisamente por las dudas que generan los programas de apoyo financiero del gobierno a la petrolera. Pemex le da la espalda a la alianza con inversionistas extranjeros el mismo día en que el presidente Andrés Manuel López Obrador firma un acuerdo para fomentar la inversión con el Consejo Mexicano de Negocios, presidido por Antonio del Valle, y se compromete con el Consejo Coordinador Empresarial, que lidera Carlos Salazar, a impulsar las inversiones.
Lo que no fue...
Con tales alianzas o farmouts, Pemex hubiera garantizado una producción máxima esperada de petróleo por 59,000 barriles diarios, y de gas por 309 millones de pies cúbicos diarios.
Además, estos contratos tenían establecidos pagos mínimos a Pemex ( en calidad de aportación inicial) por 587 millones de dólares.
Esos son los números y las oportunidades que dejó escapar la petrolera estatal, en un momento en el que vive uno de sus más peligrosos capítulos de dificultades financieras, con una deuda por 106,000 millones de dólares. Es un momento en el que Pemex puede arrastrar a la economía mexicana.
Crónica de una mala decisión
La cronología para llegar a ésta decisión fue muy clara. Los farmouts eran una herencia del gobierno peñista. Estaban previstos para realizarse al final del 2018. Con la llegada del nuevo gobierno se mantienen en suspenso. Luego se programan para octubre.
El 4 de junio pasado, Pemex, dirigido por Octavio Romero, a través de Pemex Exploración y Producción (PEP), presentó a la Sener su renuncia a los derechos derivados de los procedimientos de migración con socio.
La Sener, de Rocío Nahle, se lo comunica el 10 de junio a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), que encabeza en calidad de encargada Alma América Porres Luna.
Y el 13 de junio el órgano regulador formaliza la renuncia de Pemex a sus derechos.
De un plumazo se rechazaron 4,219 millones de dólares de inversiones extranjeras.
Sobre advertencia
El comisionado de la CNH, Sergio Pimentel, en su participación durante la sesión en la que se hizo el anuncio respectivo, advirtió que la renuncia de Pemex a los farmouts es mala señal porque no tiene recursos suficientes.
Pemex necesita 24,000 millones de dólares al año, y 34,000 millones considerando pasivos para cumplir la meta de producción de 2.4 millones de barriles diarios. Aun con el aumento del presupuesto a PEP a 10,500 millones de dólares, los números no van a dar para el propósito de este gobierno. Con el plan para explotar 20 campos petroleros apenas se producirán 350,000 barriles, en un escenario optimista, que sumados a los 1.6 millones que hoy se producen ni siquiera permitirán alcanzar 2 millones de barriles de petróleo.
Pemex, el punto más débil
Todos coinciden en que Pemex es hoy el talón de Aquiles de la economía mexicana. Es su punto más débil.
Pemex es la empresa petrolera más endeudada del mundo y, en el cambio de paradigma, su rumbo todavía no está definido.
La presentación del Plan de Negocios de Pemex sigue siendo una asignatura pendiente.
Lo que cada vez resulta más claro es que el gobierno de la cuarta transformación no comulga con la reforma energética que heredó.
En el extremo de la paradoja, el discurso nacionalista que cierra la puerta a las inversiones extranjeras es precisamente el foco rojo que preocupa a calificadoras y analistas, porque implica un desembolso creciente de recursos presupuestales. Las calificadoras observan con preocupación un incremento de riesgo en las finanzas públicas derivado del deterioro financiero en Pemex.
Reforma energética, portazo
Desde antes de que tomara posesión como presidente de México, el entonces candidato triunfador López Obrador ordenó que se suspendieran las rondas petroleras con las que se venían licitando los bloques en que se dividió el mar territorial, en el golfo de México, para la exploración y explotación por inversiones privadas nacionales e internacionales.
La apertura energética marcaba entonces un hito en la historia nacional, luego de 80 años de monopolio de Pemex.
Aunque el gobierno lopezobradorista decidió no cancelar formalmente la reforma energética, sí lo hizo de facto.
Suspendió y mantiene suspendidas las rondas petroleras; luego suspendió las subastas eléctricas de largo plazo.
Luego vinieron los ataques directos en contra de los órganos autónomos, en general, y en particular del sector de energía.
También vino el no rotundo al fracking y la posibilidad de explotar los recursos energéticos que colocan a México como el sexto país más rico del mundo en recursos no convencionales.
Por eso, la preocupación de las calificadoras y analistas es creciente respecto al destino de Pemex y de la calificación crediticia del país. Al tiempo.
ATISBOS
¿RECORTES? Que no habrá más recortes presupuestales, asegura el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera.
Lo más sorprendente de sus declaraciones es que afirma que el gobierno cuenta con recursos suficientes para paliar una crisis.
Ojalá que no se registre una crisis, porque las experiencias del pasado reciente muestran que no hay recursos que alcancen.