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Opinión

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El dilema que la Fed podría enfrentar

El día de ayer la Fed decidió incrementar la tasa de fondos federales en 75 puntos base para llevarla a un nivel entre 2.25% y 2.50%. Sin lugar a dudas, la Fed está actuando con contundencia para no permanecer por mucho tiempo detrás de la curva y así poder ganarle la carrera a una inflación que ha ido ascendiendo rápidamente en los últimos 16 meses. La inflación anual en junio fue 9.1% y marcó un nuevo máximo que no se había visto desde diciembre de 1981. Para evitar una pérdida de credibilidad que pudiera posteriormente hacer más costoso el control de la inflación, la Fed está reafirmando su compromiso con la estabilidad de precios mediante acciones de apretamiento monetario y una efectiva comunicación sobre cómo ajustará su política monetaria hacia delante (forward guidance). 

Si bien existe el riesgo de que la Fed induzca una recesión por el rápido incremento en la tasa de fondos federales que podría llevarla a 4.0% a finales del primer trimestre de 2023, hay que reconocer que el mayor riesgo para Estados Unidos y la economía global sería el fracaso de la Fed en su intento por restablecer la estabilidad de precios. Dada la experiencia de la Gran Inflación en la década de los 70, el considerable apretamiento monetario en la era de Paul Volcker al frente de la Fed y las profundas recesiones de 1980 y 1981, la posibilidad de que la inflación se arraigue firmemente en altos niveles pudiera resultar muy costosa para la producción y el empleo.

Estimaciones propias señalan que la Fed se quedó muy detrás de la curva en diciembre de 2021. Comparando la tasa de fondos federales con la tasa de interés dada por una regla de Taylor, la Fed se encontraba 450 puntos base por debajo después de haber estado solamente 210 puntos base atrás en septiembre del año pasado. Esta situación alertó a los funcionarios de la Fed, los cuales reconocieron su error al admitir que el significativo incremento en la inflación no había sido de naturaleza transitoria y con forward guidance lograron inducir un incremento en las tasas de interés de la curva de rendimientos. 

La Fed logrará ponerse por delante de la curva hasta marzo de 2023 según previsiones propias. La distancia y el tiempo que la Fed se mantenga así serán clave para llevar la inflación a niveles cercanos a 2.0% a finales de 2024. No obstante, mayores tasas de desempleo que las previstas por la Fed para 2022-24 podrían ser necesarias para lograr la convergencia de la inflación a ese nivel. Usando el modelo de Joseph E. Gagnon y Christopher G. Collins, se requiere que la tasa de desempleo congruente con una inflación estable (NAIRU, por sus siglas en inglés) baje a 4.2% a partir de este año para que la inflación subyacente llegue a 2.0% a finales de 2024. Si la pandemia dejara cicatrices en el mercado laboral, la NAIRU podría ubicarse en 5.0% y la inflación subyacente sería 3.0%. 

Para converger a 2.0% con una NAIRU de 5.0%, la tasa de desempleo tendría que elevarse de 3.9% a 4.7% y 4.1% a 5.0% para 2023 y 2024, respectivamente. Consecuentemente, la Fed podría enfrentar el dilema de tener que inducir más desempleo o aceptar una mayor inflación. Ante la evidencia de las últimas décadas de que el objetivo de inflación de 2.0% es demasiado bajo y crea más desempleo del necesario, la Fed debería revisar su marco de política monetaria y proponer una meta de 3.0% una vez que la inflación haya sido controlada. 

*El autor es el economista principal de BBVA México.

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