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El dinero más caro es el que no tienes, pero ¿ya sabes qué son las IFCs?
Los dichos y los refranes son verdaderas joyas de sabiduría popular, y algunos de ellos vienen de hace cientos de años; y lo confieso, soy completamente su fan. Qué mensaje y cuánta enseñanza podemos encontrar en tan pocas palabras. En esta ocasión el viejo refranero nos expone con toda claridad que “No hay dolor tan lastimero como no tener dinero”, lo que sin duda es una realidad.
Seguramente has escuchado que “poderoso caballero es Don dinero”, y es cierto, y particularmente, hablando de créditos. Esta función ha estado usualmente monopolizada primero por prestamistas, usureros, agiotistas y otros personajes que han otorgado a otros dinero con intereses, hasta llegar a las incipientes instituciones bancarias de Venecia (S. XII), Amsterdam y Londres (S. XVII), USA (S. XVIII), que ya bajo marcos normativos más definidos comenzaron a realizar la denominada intermediación financiera, que básicamente consiste en recibir recursos en depósito de la gente para posteriormente, colocarlos o prestarlos, también al público en general. Desde entonces, esta actividad ha estado regulada y requiere autorización de los gobiernos para poder ser llevada a cabo. En suma, generalmente es difícil entrar al club de los señores del dinero y en no pocas ocasiones, ser beneficiario de sus financiamientos.
Y en esta época en que las expresiones de inclusión y democratización están tan en boga, nace una figura que nos cambia la jugada: las Instituciones de Financiamiento Colectivo (IFC) que ven la luz con la entrada en vigor de la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech), y significan un cambio de paradigma, ya no se trata del poderoso ente autorizado para recibir tus recursos y colocarlos a discreción, sino de un ente también autorizado por el gobierno, pero que su finalidad es servir de plataforma para que los que requieren recursos los soliciten y los que quieran invertir, pues se los presten, ¡así de simple!, ¿suena bien verdad?.
¿Sabías que hay IFC en las que como solicitante puedes recibir un préstamo para pagar alguna deuda o incluso para desarrollar algún proyecto, por ejemplo inmobiliario?; y por otra parte, si tienes algún excedente, en lugar de tenerlo en una cuenta de cheques o inversión con baja tasa de interés, puedes participar como inversionista en tales plataformas y aportar tu dinero a los proyectos que tú decidas, con una expectativa de rendimiento mayor, pues sí, esas son las nuevas IFC.
Gente prestando a gente, o dicho de otra forma, la democratización del financiamiento como modelo de inclusión y herramienta para el desarrollo financiero. Ahora en lugar de ser la Entidad Financiera el acreedor, la Entidad Financiera “facilita y pone en contacto” a los solicitantes de recursos y a los inversionistas para que se otorguen los financiamientos, actuando entonces éstos últimos como acreedores.
¿Y eso es todo?, no porque la Ley Fintech obliga a las IFC a que recaben información de los solicitantes, sus perfiles, requerimientos y proyectos; así como de los inversionistas, y se comparte dicha información entre los participantes registrados y debidamente autorizados, para que sus decisiones cuenten con los elementos suficientes para ser bien informadas.
A la fecha, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ha autorizado 14 IFC, dentro de las cuales puedes encontrar plataformas como Doopla, Prestadero y yotepresto que están especializadas en préstamos personales, o Play Business y Crowd Up que apoyan proyectos emprendedores, y también M2Crowd y Cien Ladrillos, cuya finalidad es financiar temas inmobiliarios. Como ves, ya creció la oferta de crédito y los que te van a prestar son como tú o como yo, pero jugando en una cancha reglamentaria y con árbitros participando.
Claro, no podíamos cerrar sin citar el refrán que dice: “El que es fiel a su palabra, su propio crédito labra”. Como es obvio, estas empresas suelen premiar a los clientes que son buenos inversionistas y pagadores, lo que sienta las bases para buenos negocios y relaciones duraderas. Revisa lo que ahora ofrecen las IFC y ¡éxito en tus proyectos!
