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El equipo de Sheinbaum propone Empresas Mexicanas Estratégicas, ¿regresan las APP?
¿Veremos un regreso de las asociaciones público-privadas (APP)? Hay indicios de que podría ser así en el próximo sexenio. “Se ha configurado o moldeado un nuevo tipo de coinversión entre públicos y privados que se llaman Empresas Estratégicas Mexicanas, EME, dijo Altagracia Gómez Sierra en el pódcast de Banorte. Ella es una de las personas más cercanas a Claudia Sheinbaum y pieza clave en su equipo económico. Este nuevo esquema ya se está hablando con afores y estructuradores, explicó la empresaria jalisciense: se busca generar inversión de empresarios mexicanos y detonar inversiones en infraestructura estratégica.
¿Coinversión entre públicos y privados en el segundo piso de la 4T? Leyeron ustedes bien. En este sexenio, las asociaciones público-privadas fueron marginadas, entre otras cosas, porque a Andrés Manuel López Obrador no le gustan. Fue especialmente crítico con lo que pasó con algunos centros penitenciarios y hospitales que se construyeron con esta figura.
¿Qué tan avanzado va el proyecto? Han estado en México en las últimas semanas altos funcionarios de los gobiernos de Brasil y Colombia. Se han reunido con equipos de Hacienda y la banca de desarrollo para explicar lo que ellos están haciendo en el desarrollo de infraestructura a través de asociaciones público-privadas. Mediante una versión más actualizada de esta figura, han logrado detonar una gran cantidad de proyectos: caminos, carreteras, puertos. “Están haciendo bastante más que nosotros. Cosas grandes y chiquitas, pero mucho más”, me comentó alguien con conocimiento de lo que han sido estos encuentros.
Es significativo que hayan estado representantes de los gobiernos de Lula y Gustavo Petro explicando las bondades y las posibilidades de las asociaciones público-privadas. Su experiencia y sus puntos de vista no despiertan sospechas para la 4T, por la afinidad ideológica o discursiva. Hay que recordar que las APP nacen en la Inglaterra de Thatcher en la década de los ochentas del siglo pasado. Se relacionan con el achicamiento del gobierno y la incursión del sector privado en áreas “identificadas” con el gobierno. En México, en los gobiernos de Calderón y Peña se construyeron carreteras, puentes, escuelas, hospitales y centros penitenciarios usando las asociaciones público-privadas. Hubo casos exitosos y también escándalos.
¿Por qué México les daría una segunda oportunidad a los proyectos de asociaciones público-privadas? En primer lugar, porque habrá restricciones presupuestales muy importantes en el próximo sexenio. Los precriterios económicos que presentó Hacienda la semana pasada nos dejan claro que 2025 será un año de recortes presupuestales. Nos permiten suponer que las restricciones no acabarán el año que entra. En 2025, entre los ingresos posibles y los gastos comprometidos, hay un boquete que es de medio billón de pesos y podría llegar a 700,000 millones. No se tocarán los programas sociales ni habrá reforma fiscal. Quizá tampoco haya mucho margen de crecer el endeudamiento. La variable de ajuste serán las inversiones públicas.
El problema es que México sí necesita mucha inversión en infraestructura. Inversiones para que el sueño del nearshoring aterrice y eche raíces. Inversiones para atender los rezagos sociales y los relacionados con desarrollo regional. La crisis hídrica necesitará cuantiosas inversiones que no pueden esperar. La inversión pública ha estado por debajo de 3% del PIB en este sexenio. Para atender la agenda necesaria y deseable de los próximos años, la inversión pública debería estar en torno al 6%. Para lograrlo, sin reforma fiscal ni endeudamiento excesivo, se necesita pensar y actuar fuera de la caja. Ahí es donde entran las APP, de ahora en adelante, conocidas (quizá) como Empresas Estratégicas Mexicanas.
¿Qué diferencias tendrían las APP de 2025 respecto a las que hubo en tiempos de Calderón o Peña? Ésta es una de las cuestiones más relevantes. Para esto será clave aprender de las experiencias recientes en Brasil y Colombia. El reto es encontrar una fórmula que resulte atractiva para los empresarios, al mismo tiempo, que maximice las posibilidades de acción del gobierno. Hay mucho que corregir en todo lo relacionado con supervisión y rendición de cuentas.
En su presentación, Altagracia Gómez Sierra se refirió a conversaciones con afores y estructuradores, que son agentes con la capacidad de diseñar e implementar estructuras financieras y operativas innovadoras. Las afores pueden jugar un papel muy relevante. Tenían recursos por 6.02 billones de pesos en enero de 2024. Esto es dos tercios del Presupuesto de Egresos de la Federación para el año en curso. La misión de las afores es buscar buenos rendimientos para los ahorros de los trabajadores. Para eso es imprescindible contar con buenos proyectos, que generen rentabilidad e impacto social. Por si tienes dudas, estimado lector, pienso en algo que no se parezca a Dos Bocas ni al AIFA. También espero que el equipo de Xóchitl Gálvez y el de Álvarez Máynez presenten su versión de las asociaciones público-privadas modelo 2024-2030.