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Opinión

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El gigante indio ha llegado

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Financial,Growth,Of,Indian,EconomyCopyright (c) 2015 bluebay/Shutterstock. No use without permission., Shutterstock

Dado que el desarrollo de la India continúa ganando fuerza, uno de los mayores desafíos será evitar el error que otros han cometido al no reconocer su recién adquirida influencia sistémica global y no adaptarse en consecuencia. Tanto China como las grandes tecnológicas demuestran que nunca es demasiado pronto para empezar a gestionar su propio ascenso.

CAMBRIDGE/MILÁN. El reciente éxito económico, el sólido impulso y las perspectivas prometedoras de la India están haciendo que el país sea cada vez más influyente tanto a nivel regional como internacional. Pero la experiencia de otros países –sobre todo China durante las últimas tres décadas– sugiere que una influencia tan rápida y un progreso tan sólido pueden ser difíciles de gestionar. Después de todo, una acción que tiene sentido a nivel interno puede entrar en conflicto con lo que otros países esperan de una economía sistémicamente importante. Del mismo modo, acciones que tienen sentido a nivel internacional podrían complicar el progreso económico interno.

Al igual que China, la importancia sistémica de la India se ha hecho evidente antes en su proceso de crecimiento y desarrollo que otras economías emergentes, principalmente porque cuenta con la mayor población del mundo (más de 1,400 millones). Su creciente presencia es fácil de detectar. Es la quinta economía más grande del mundo y, con una tasa de crecimiento anual de 5 a 6 puntos porcentuales superior a la de Alemania y Japón, bien podría pasar al tercer lugar en unos cuatro años.

Sin embargo, los ingresos relativos per cápita pintan un panorama diferente. El PIB per cápita de la India, de 2.389 dólares, todavía está muy por debajo del nivel de las economías de altos ingresos y sigue siendo considerablemente más bajo que el de China. En términos de tamaño económico general y niveles de ingresos, India se encuentra aproximadamente donde estaba China en 2007, hace casi una generación.

Al ajustarse a los niveles diferenciales de precios –el llamado ajuste de paridad del poder adquisitivo–, los países de ingresos bajos y medianos bajos tienden a aumentar en tamaño relativo. Con el ajuste de la PPA, India ya ocupa el tercer lugar, con aproximadamente la mitad del tamaño de la economía estadounidense.

Preparado para un crecimiento continuo

Las emisiones de dióxido de carbono, otra dimensión del impacto global, pintan un panorama similar. India sólo está detrás de China y Estados Unidos en términos de emisiones totales de CO2. Pero esto, nuevamente, es función de su gran población; sus emisiones per cápita siguen siendo bastante bajas, 1,89 toneladas métricas, muy por debajo del promedio mundial de 4.66 toneladas métricas.

Además, India ya tiene planes para reducir sus emisiones. El siguiente cuadro, de un informe de sostenibilidad de McKinsey de 2022, muestra vías alternativas de descarbonización que podrían tomarse. El escenario de “línea de visión” (LoS) (la línea azul real) refleja la adopción anticipada de tecnologías, políticas y compromisos existentes que ya se han implementado o anunciado, mientras que el escenario acelerado captura medidas de mayor alcance, como la fijación de precios del carbono y captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS).

Pero incluso el escenario LoS nos parece muy agresivo. Dado que las emisiones totales de CO2 alcanzarán su punto máximo a mediados de la década de 2030, y con un crecimiento anual del 7% en el ínterin, esto sólo se logrará si la intensidad de carbono de la economía disminuye a un ritmo igualmente rápido. Pero durante la última década, señala McKinsey, la intensidad de carbono de la India disminuyó a un ritmo del 1.3% anual. Si India logra mantenerse en el camino de la LoS, sus emisiones de CO2 per cápita alcanzarían un máximo de 2.71 toneladas métricas, algo que nunca antes se había hecho. Será difícil mantenerse en este camino y lo más probable es que la India enfrente una creciente presión global relacionada con la sostenibilidad, como ha sido el caso de China.

Mientras tanto, la urbanización de la India, que ya avanza a un ritmo constante y moderado, probablemente se acelerará a medida que más personas busquen empleo en los sectores industriales.

China desempeña un papel importante en la reciente historia de crecimiento de la India. Sus altos niveles de ingresos medios implican que eventualmente estaba destinado a deshacerse de empleos de manufactura y ensamblaje que requerían mucha mano de obra. Pero ese proceso se ha visto acelerado por la rápida diversificación de las cadenas de suministro globales, debido a diversas crisis económicas y acontecimientos geopolíticos. Lo más probable es que haya incentivos del lado de la demanda para que India expanda su sector comercializable, y la manufactura para la exportación brindará oportunidades de empleo para las personas de bajos ingresos en los sectores rurales.

Apple, por ejemplo, está ampliando el montaje del iPhone en la India, en colaboración con socios como el fabricante taiwanés Foxconn. India ya representa el 7% de la producción de iPhone, y gran parte de ella se destina a la exportación. Dicho esto, los flujos netos de inversión extranjera directa (IED) hacia la India disminuyeron drásticamente en el actual año fiscal, y aún está por verse si habrá una ola de inversión impulsada por las exportaciones en los sectores manufactureros.

Por último, la India también cuenta ya con un próspero sector digital y financiero. Con una economía nacional grande y en crecimiento, tiene una ventaja natural en la innovación digital a gran escala, debido al hecho de que dichas tecnologías tienden a tener costos fijos relativamente altos, pero costos variables bajos.

Al igual que con el sector manufacturero, los acontecimientos recientes en China influyen en esta cuestión, debido a los cambios en el modelo económico y de gobernanza de China, junto con el deterioro de sus relaciones con algunas economías avanzadas.

El autor

Mohamed A. El-Erian, presidente del Queens’ College de la Universidad de Cambridge, es profesor de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania y autor de The Only Game in Town: Central Banks, Instability, and EVating the Next Collapse (Random House, 2016) y coautor (con Gordon Brown, Michael Spence y Reid Lidow) de Permacrisis: un plan para arreglar un mundo fracturado (Simon & Schuster, 2023).

El autor

Michael Spence, premio Nobel de Economía, es profesor emérito de Economía y exdecano de la Escuela de Graduados en Negocios de la Universidad de Stanford y coautor (con Mohamed A. El-Erian, Gordon Brown y Reid Lidow) de Permacrisis: un plan para arreglar un mundo fracturado (Simon & Schuster, 2023).

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