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El médico en México; su día y su realidad
El 23 de octubre pasado se celebró en México el día del médico, pero poca gente sabe el origen y trascendencia de ello. Quizá por eso, además de la politización del sistema de salud que ocurre en México, pasó sin mucho reconocimiento.
En 1937, durante la presidencia del general Lázaro Cárdenas del Río, se estableció en México el 23 de octubre como Día del Médico durante la Convención de Sindicatos Médicos Confederados de la República, celebrada en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, en homenaje al doctor Valentín Gómez Farías, ya que él inauguró en 1833 el Establecimiento de Ciencias Médicas en la Ciudad de México, que es la actual Facultad de Medicina de la UNAM. En el resto del mundo se conmemora el 3 de diciembre desde el año de 1946.
Conforme a los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), del segundo trimestre de 2021, México cuenta con 305,418 médicos, de los cuales 54% son hombres y 46% mujeres. Existen alrededor de 620,000 profesionales de enfermería, siendo 70% mujeres. Con datos de la OCDE, México tiene 2 médicos por cada 1,000 habitantes en comparación con el 3.6 que reportan otros países de esta organización. El número de enfermeras es de 2.9 y de 8.8 por cada 1000 habitantes en México y la OCDE respectivamente. En el sistema de salud del país, cifras de hace dos años indicaban que se realizan más de un millón de atenciones médicas diarias: alrededor de 4,300 nacimientos, cerca de un millón de consultas, casi 10 mil cirugías, más de 16 mil hospitalizaciones y cerca de 100 mil urgencias. Muchos de estos datos, como los de urgencias y hospitalización se incrementaron un tercio con la pandemia; esta información muestra la gran carga laboral que se tiene dentro del sistema de salud.
De acuerdo con INEGI, en el 2021 el 56.8% son consultas en el sector público y el 43.2 % en el sector privado. El gasto público en salud es de 2.76% en comparación con el 8.8% promedio de países de la OCDE; la OMS recomienda como mínimo entre el 6 y 8% de su PIB para el gasto público en salud. El gasto de bolsillo en México es en general del 41%, pero en algunos hogares creció hasta el 50% durante la pandemia.
Los datos anteriores son simplemente una mirada superficial de cómo se vive en lo político y económico el sistema de salud, pero sus actores principales, que son los pacientes y el personal de salud, en especial los médicos, tienen una crónica muy diferente de toda esta numeralia.
El médico durante su desarrollo de preparación profesional, y luego ya como parte activa de la atención en el sistema público, vive todo tipo de circunstancias y en muchos casos existen abusos por parte de la autoridad y también de la sociedad en la exigencia de la atención a la población.
Actualmente se considera que existen 140,000 alumnos en 182 universidades de medicina en el país, tanto públicas como privadas, y de acuerdo con el QS ranking 2023 (que es una clasificación mundial de alrededor de 800 universidades a nivel mundial) las 5 principales universidades para estudiar medicina en México son: 1.- Universidad Nacional Autónoma de México; 2.- Instituto Politécnico Nacional; 3.- Tecnológico de Monterrey; 4.- Universidad Autónoma de Nuevo León; y 5.- Universidad Autónoma Metropolitana.
Aproximadamente un sexto de los estudiantes se encuentra en escuelas privadas.
Aunque el conocimiento es el mismo, la forma de adquirirlo y comprenderlo puede ser diferente de acuerdo con los recursos humanos y de infraestructura con que cuente cada universidad y por supuesto, de la base estudiantil en cuanto a su preparación previa. La exigencia de ingreso a cada una de estas universidades es de lo más competitivo a nivel nacional, lo que favorece que la preparación del médico sea en base a competencias y la adquisición de habilidades para que el producto final pueda garantizar una mejor atención a la población. Los costos que se pagan en cada universidad varían desde 20 centavos hasta 140,000 pesos por semestre, como por ejemplo entre la UNAM y el Tecnológico de Monterrey respectivamente. Ello da una idea de la diferencia en cuanto a los recursos con que puede contar cada estudiante durante su preparación, no obstante, mayores recursos no garantizan una mejor preparación.
La mayoría de los estudiantes al terminar, probablemente más por razones económicas que por interés profesional, buscan hacer un posgrado, generalmente una especialización médica o quirúrgica y tienen que competir por un lugar en el Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM). Este año se consideraron alrededor de 49,000 aspirantes para cerca de 18,000 plazas. Parece que es sobretodo en la carrera de medicina donde existe esta presión.
Una de las mayores injusticias en el camino de ser médico es la obligación de realizar el Servicio Social, labor que representa un tercio de la atención primaria en salud en el país. En México se ha establecido en general que el servicio social tenga una duración de mínimo 480 horas en un periodo mínimo de seis meses y máximo de dos años. Sin embargo en medicina, cuando se va a las zonas rurales, al vivir en el Centro de Salud, es de 24 horas los seis o siete días de la semana que estén en sus unidades durante doce meses. Esto último de acuerdo con la NOM-009-SSA3 2013, con sus respectivos periodos vacacionales, con un salario mensual que recientemente se quiere modificar de 5,996 a 7,429 pesos en zonas rurales y en zonas urbanas; esto varía de 3,831 a 4,153 pesos. Además de la inseguridad y gastos propios de transporte y alimentación, puede el médico verse incriminado en problemas legales que tengan responsabilidad médica, siendo aún estudiantes en los hechos.
En datos del INEGI de 2021, 68% de los médicos trabajan en instituciones públicas con un salario que puede ir de 17,000 a 26,000 pesos, dependiendo su categoría, ya sea licenciatura, maestría, o especialidad y doctorado. La sociedad y vida familiar por status y aspiración a mejoras económicas y de oportunidad laboral, empujan al médico a buscar hacer una especialidad. Al terminar, la mayoría opta por trabajar además en la medicina privada.
Ya como parte de la plantilla de alguna institución, el médico tiene que familiarizarse con funcionamiento sindical y administrativo de su institución y tiene que sujetarse a las exigencias de carga laboral. Dependiendo del nivel de atención, en los hospitales de tercer nivel, la carga asistencial puede ir acompañada de la docencia tanto en pregrado como posgrado. En muchas instituciones el nivel de competencia de los médicos es cada vez mayor, pues además de tener una o dos especialidades, se ven obligados a tomar una maestría y/o doctorado para cumplir mejor su actividad profesional. Incluso muchos han ingresado a maestrías de tipo administrativo para que en caso de tener una posición administrativa, pueda tener un mejor desempeño en su cargo y poder ingresar al Sistema Nacional de Investigadores.
El área de investigación es otro tema, ya que prácticamente no se cuenta con recursos y se tienen que buscar de diferentes partes tanto a nivel nacional como internacional, de la iniciativa privada o gubernamental como el Conacyt, pero esta institución cada vez dificulta más la permanencia de sus miembros y los recursos.
Finalmente, el médico, como ser humano, es un ente político, sin embargo parece que la gran mayoría prefiere tener una distancia a las decisiones políticas de los planes de salud de los gobiernos, aunque muchas veces actúa como un soldado, el cual no busca hacer justicia sino solo obedecer y desafortunadamente esto puede traer consecuencias a la salud de los pacientes, como se vivió en muchas instituciones durante la pandemia.
El día del médico es algo que la sociedad y la comunidad médica celebran, sin embargo la problemática política parece que no cambia mucho. En 1939, en la X Convención de Sindicatos Médicos, los mismos que establecieron el día del médico, exigían a la Secretaría de Gobernación que los médicos extranjeros se sujetaran a las leyes y reglamentos mexicanos para poder ejercer; hoy la historia se repite.
*El autor es oncólogo médico en el Instituto Nacional de Cancerologia (InCan), con maestría en Dirección y Gestión de Instituciones de Salud, profesor titular del curso Terapias Biológicas, ha sido representante para México del grupo cooperativo SWOG (South West Oncology Group). Actualmente en el proyecto de divulgación: Ciencia, política, economía y medicina.