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El monopolio del Indre en las pruebas #Covid19
El subsecretario Hugo López-Gatell ha sido inamovible en cuanto a no aceptar otro tipo de pruebas para confirmar el contagio Covid19 más que las tipo PCR (moleculares, de reacción en cadena de polimerasa ). Y recién comparó las pruebas rápidas con las de embarazo, cuando infectólogos comentan que no tienen nada que ver: en principio unas son con orina y otras son con sangre.
Es cierto que hay debate científico en todo el mundo particularmente en torno a las pruebas rápidas que en función del nivel de anticuerpos detectado es como demuestran o no la probable presencia del virus. El temor es por los probables falsos negativos (que el resultado salga negativo cuando en realidad sí haya carga viral). Aún así hay muchas evidencias científicas de su efectividad, y cada día surgen más. En España se acaba de determinar que las pruebas rápidas se apliquen en forma generalizada y los casos positivos se confirmen con la prueba molecular PCR.
El viernes la FDA, regulador sanitario de Estados Unidos, emitió la primera aprobación de prueba rápida condicionando su uso a que se valide y se interprete correctamente, aclarando que un resultado negativo no excluye que haya infección, pero para el caso -nos dicen los especialistas- un resultado negativo de PCR tampoco lo hace.
El objetivo de los países es sumar herramientas para enfrentar de mejor manera la epidemia que se sigue extendiendo, y hacer caso a la mejor estrategia que recomienda la OMS: “pruebas, pruebas y más pruebas”. Los países que lo han hecho les ha resultado.
En México hay una preocupación generalizada por la insuficiente aplicación de pruebas no sólo entre la gente y entre las empresas que podría decirse tienen interés económico en aplicar más pruebas; también de parte de instancias conocedoras médicas y académicas, pues en corto nos comentan su desacuerdo con la posición de López-Gatell. Las pruebas han sido también tema dentro de la alianza por la salud generada por el sector privado, particularmente la Comisión de Salud del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que busca conjuntar esfuerzos aprovechando toda la infraestructura existente, pública y privada.
En esta alianza están incluidos los laboratorios privados de diagnóstico que han ido avanzando en la validación de sus pruebas PCR ante el Indre. La situación es que la Secretaría de Salud decidió que sólo pueden utilizar la metodología del Indre (el llamado protocolo de Berlin recomendado por la OMS), lo que no significa que no haya otras tecnologías incluso más avanzadas como las usadas por los CDC en EU.
El problema es que pudiendo usar otras metodologías -sin dejar de ser validadas por el Indre-, al aceptar una única, sólo se permite usar un único tipo de insumos; los productores de éstos no se están dando abasto y hay escasez. Ahí está la explicación al muy limitado número de pruebas aplicadas en México que impide tener mayor claridad y certeza sobre la magnitud en que nos ataca la epidemia.
Aparte está el factor de la conocida lentitud de Cofepris para autorizar los insumos para dichas pruebas; se supone que el pediatra José Novelo ya hizo compromiso de agilizar sus procesos pero hasta el momento no ha dado alguna autorización de nuevas pruebas PCR para Covid 19 pese a que el Indre las ha validado.
Conforme una encuesta de Consulta Mitofsky, el 53.1% de la población considera que hay más infectados de los que la autoridad reporta. Y el miedo a morir por coronavirus subió de 35.2 a 52.5 del 6 de marzo al 3 de abril. En los hechos el indicador de mortalidad del virus en México, con los números oficiales, sí ha subido hasta llegar ayer a 5%. El de Estados Unidos fue ayer de 2.5%. Conforme dichos datos, tenemos el doble de mortalidad en México por Covid 19, pero el dato se diluye ante la insuficiencia de pruebas.