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Opinión

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El nuevo aeropuerto en Texcoco, viabilidad hídrica

El Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco es un proyecto gestado desde la década de los años 70 del siglo pasado. No es una ocurrencia. Ha sido objeto de concienzudos estudios durante los últimos 20 años, que han ratificado unánimemente su pertinencia en términos estructura del espacio aéreo, accesibilidad y cercanía, factibilidad de integración urbana, economías de escala y eficiencia, capacidad de crecimiento, y vocación para constituirse en un nodo o hub globalmente competitivo.

El sitio es el lecho de un lago extinto, convertido en su mayor parte en erial o tierra yerma, y en depósito del cascajo generado por las demoliciones del terremoto de 1985. El sitio del NAIM abarca 5,000 hectáreas de propiedad federal, en las cuales existían algunos relictos de hábitat lacustre en forma de lagunetas someras, y cuerpos de agua intermitentes utilizados como áreas de regulación hídrica para el Valle de México. También, zonas con pastizales y otras especies de vegetación exótica (Tamarix y Casuarinas) resistentes a la alta salinidad del suelo, introducidas hace décadas para controlar las tolvaneras. Tales espacios están siendo ocupados irreversiblemente por la construcción de las pistas y la terminal del NAIM, cimentadas, por cierto, con la mejor ingeniería de vanguardia nacional e internacional, adecuada a las muy particulares condiciones del suelo. Es preciso advertir, por otro lado, que el NAIM estará a menos de 8 km del lago Nabor Carrillo (lago artificial construido en los años 70 del siglo pasado), lo que, de acuerdo con la normatividad internacional (OACI, FAA, EPA, MITRE), requiere de programas y medidas para minimizar el riesgo de interacción entre aeronaves y aves acuáticas, principalmente aves migratorias, al igual que en muchas grandes terminales aéreas del mundo.

En este contexto, las críticas más frecuentes y atendibles al NAIM se han enfocado a sus implicaciones hidrológicas y de hábitat lacustre. Esto, tal vez, sin conocerse a fondo los proyectos y programas en pleno desarrollo y que van a garantizar su viabilidad hídrica, la capacidad de regulación hidrológica del vaso de Texcoco para evitar inundaciones, y la conservación del hábitat lacustre para aves migratorias y residentes. Vale la pena enunciarlos.

Se construyen cinco nuevos lagos como vasos de regulación y hábitat al sur de la carretera peñón Texcoco, que aumentarán de 13 a 28 millones de metros cúbicos la capacidad de regulación hídrica para la ciudad (sin contar el lago Nabor Carrillo). Se prevé la construcción del Túnel del Dren General del Valle de 14 km de longitud (necesario aún sin aeropuerto); y una planta profunda de bombeo en el sitio Casa Colorada. Ya se ha construido un enorme bordo-canal de protección al NAIM, así como un gran canal colector de los ríos del oriente, revestido de concreto, que llevará el agua a las nuevas lagunas de regulación. Se construyen 11 nuevas plantas de tratamiento para sanear los ríos del oriente, y se rehabilitan nueve más, y se han revestido de concreto los drenes de Chimalhuacán.

Por su lado, la demanda de agua del NAIM que será de 1.9 millones de metros cúbicos anuales (mm3), sólo representará 0.18% del consumo total en la Zona Metropolitana, y 3.8% del agua para uso agrícola en Texcoco. Será satisfecha con cinco nuevos pozos y compensada con la compra y clausura de pozos agrícolas por 2 mm3. Más aún, se captará agua de lluvia en la terminal, pistas, calles y otros edificios, con la que se infiltrarán al acuífero 2 mm3 más, además de 4.4 mm3 de los ríos del oriente, en ocho pozos de recarga. Claramente, el balance neto para el acuífero será positivo, y no habrá ninguna afectación a la población circundante.

El lago Nabor Carrillo no desaparecerá, será acondicionado con menores niveles y mejor calidad del agua para reducir su atractivo para aves migratorias (patos), mismas que se redistribuirán a otros cuerpos de agua en el Valle de México por medio de un Programa de Rehabilitación y Ampliación Lacustre en Zumpango, Xochimilco, Tláhuac, Guadalupe, Texcoco, Xico-Chalco, y otros sitios, y que tendrá que ser instrumentado por el próximo gobierno.

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Político, ecologista liberal e investigador mexicano, ha fungido como funcionario público y activista en el sector privado. Fue candidato del partido Nueva Alianza a Presidente de México en las elecciones de 2012.

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