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El paso a paso para empezar a invertir (XVII)
(Parte 17)
Cuando los mercados financieros se comportan de esta manera, con bajas fuertísimas a lo largo de varias semanas, muchísima gente se asusta y toma decisiones emocionales. Pero es parte de la naturaleza de los mercados. No es la primera vez que pasa, ni será la última.
Precisamente por eso es tan importante controlar nuestro riesgo, para sentirnos cómodos con nuestro portafolio aún en momentos como estos. Los mercados siempre se han recuperado y lo harán de nuevo, tarde o temprano. De hecho, muchos grandes patrimonios se han construido precisamente en momentos así: cuando todos han entrado en pánico y se encuentran verdaderas gangas.
Ahora bien, uno nunca sabe cuándo los mercados han tocado fondo, de la misma forma que uno nunca sabe cuando han tocado sus máximos. Así es la psicología humana: cuando todo va bien la gente está eufórica. Los precios están demasiado altos pero como la gente se siente optimista, piensan que seguirán subiendo. A veces lo hacen y llegan a valuaciones completamente ilógicas. De la misma forma, cuando los mercados caen como ahora, el sentimiento es de gran pesimismo. Parece que el mundo se está cayendo a pedazos y todo el mundo quiere vender, sin importar el precio.
Por eso es importante, cuando estamos construyendo un patrimonio, ahorrar e invertir una cantidad fija cada mes sin importar lo que está sucediendo en los mercados. Cuando los precios están altos, esa cantidad nos alcanza para comprar menos (igual que cuando vamos al supermercado). Cuando todo está en oferta, esa cantidad nos alcanza para comprar más. Esto significa que compramos más cuando los mercados están baratos y menos cuando están caros. A largo plazo esto tiene un impacto positivo en el crecimiento de nuestro portafolio.
Además de esto, cada año hay que hacer un rebalanceo de nuestro portafolio, porque los movimientos del mercado harán que la composición cambie y eso modifica el riesgo del mismo. Pensemos, por ejemplo, en que nuestro portafolio está compuesto por 50% acciones de empresas y 50% instrumentos de deuda.
Si al final del año las acciones han bajado 30% desde que empezamos, y los instrumentos de deuda han subido un 3%, nuestro portafolio ya no va a ser igual. Su ponderación habrá cambiado como podemos ver en la siguiente tabla. Para que vuelva a ser 50% / 50% necesitamos hacer un rebalanceo.
Hacer esto también nos ayuda en el largo plazo. En este caso las acciones están más baratas: el rebalanceo implica comprar más, a un menor precio. Pero cuando las acciones vuelvan a subir mucho y los mercados estén caros, sucederá lo opuesto: estaremos vendiendo acciones (tomando utilidades) para comprar instrumentos de deuda (y controlando nuestro riesgo en el proceso).
Lo que hay que entender, nuevamente, es que como inversionistas no nos debe importar si los mercados están caros o están baratos, porque son volátiles por naturaleza, siempre hay ciclos y nunca podremos adivinar en qué momento empezará a soplar el viento para el otro lado. Ya lo hemos hablado, hay muchísimas cosas que no se pueden predecir, como por ejemplo una pandemia, y que pueden hacer cambiar el rumbo de la economía por completo.
Lo que sí nos debe importar como inversionistas patrimoniales, con visión de largo plazo, es tener nuestro riesgo bajo control (recordemos, esto es fundamental, para no asustarnos). También nos debe importar la constancia y la disciplina de ahorrar cada mes, añadir esa cantidad a nuestro portafolio de inversión y hacer un rebalanceo anual. Recordemos que los mercados son así, tienen ciclos buenos y malos, tarde o temprano la economía se recupera y las buenas empresas saldrán adelante. Cuando esto suceda, esa constancia y disciplina se verá recompensada.