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El paso a paso para empezar a invertir (XXIV)
(Parte 24)
Hay infinidad de portafolios que podríamos presentar y analizar, pero no podemos hacerlo indefinidamente. He tratado en esta serie de elegir algunos representativos y relativamente fáciles de implementar por cualquier persona en México, con instrumentos eficientes y de muy bajo costo (el costo, como ya mostramos antes en esta serie, puede tener un impacto muy significativo en el valor final de nuestro portafolio).
Para terminar con broche de oro, hoy presento no uno sino tres nuevos portafolios. El primero de ellos está basado en el Talmud: Dejad que cada hombre divida su riqueza en tres partes, e invierta una tercera en tierra (bienes raíces), una tercera en negocios (acciones) y una tercera quedarse como reserva (instrumentos de deuda de corto o mediano plazo). Así de sencillo. Sabiduría milenaria.
William Bernstein, un estudioso de asignación de activos con más de 10 libros escritos y un blog sobre inversiones, propone un portafolio altamente concentrado en acciones (75%) con bonos a mediano plazo (10 años).
Finalmente, Larry Swedroe, otro estudioso con más de 15 libros escritos, propone un portafolio que sólo invierte el 30% en acciones, pero evita las empresas grandes y los mercados desarrollados. Históricamente, las acciones de baja capitalización con empresas subvaluadas y las de mercados emergentes, ofrecen un mayor rendimiento, pero también mayor volatilidad.
Cada portafolio se construye de la forma en como se muestra en el cuadro.
Antes de ver los resultados, vale la pena decir que la comparación no es justa porque el portafolio de Swedroe es mucho más conservador que los otros dos, con una asignación del 70% en instrumentos de deuda, la mitad a corto plazo. Eso se verá en los resultados: un menor riesgo implica también un menor potencial de rendimiento.
Simularemos, como siempre, una inversión inicial de 1,000 dólares y aportaciones anuales de 2,000 dólares (estas aportaciones subsecuentes se actualizan con la inflación cada año). Los dividendos de los ETFs se reinvierten y hacemos un rebalanceo anual. En la tabla presentamos el saldo final ajustado por inflación (en términos reales), aunque el rendimiento se presenta en términos nominales. El periodo es de enero de 2008 a junio de 2022.
Comparemos los tres gráficamente, para ilustrar tanto el crecimiento como la volatilidad y las caídas a lo largo de los años. La gráfica maneja valores (saldos) nominales, no ajustados por la inflación, a diferencia de la tabla.
Es interesante ver cómo los portafolios Talmud y Bernstein, a pesar de sus diferencias, terminan por lograr resultados similares en cuanto a rendimiento y volatilidad. Parece una carrera emocionante de autos en el que uno rebasa al otro, que después lo alcanza. El de Swedroe, como esperábamos, es mucho más estable, excelente para personas con menor tolerancia al riesgo.
La siguiente semana concluimos esta larga serie sobre inversiones recordando y enfatizando algunos conceptos claves.