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El rezago tecnológico en Europa y la política de competencia: dilemas para México
La economía europea representa una proporción importante de la producción mundial: aproximadamente la quinta parte. No obstante, existen en el continente pocas empresas de tecnología digital exitosas, al nivel de las líderes globales.
Este es uno de los varios indicadores de la existencia de un notable rezago en innovación tecnológica, de acuerdo con David Evans en un ensayo denominado “Digital Winter”. Esta situación, dice el autor, generará desafíos económicos que se agravarán si no se aplican políticas enfocadas en mejorar la competitividad de los países.
Otros análisis coinciden con el diagnóstico del autor. Por ejemplo, la consultora McKinsey indica que Europa se ha rezagado en la adopción de diversas tecnologías esenciales para definir su competitividad futura. Diversos estudios identifican un retroceso relativo en indicadores como la obtención de patentes, el desarrollo de soluciones en inteligencia artificial, la creación de plataformas digitales y la inversión general en tecnología.
En industrias tradicionales, el estancamiento tecnológico podría amenazar la posición de las empresas europeas. Este podría ser el caso de la industria automotriz, en la que el liderazgo global podría ser ejercido por empresas de los Estados Unidos y, crecientemente, de China.
La reacción de los países europeos y las autoridades comunitarias no ha sido la deseada. A pesar de que al menos desde el 2018 las autoridades promueven diversas iniciativas para desarrollar la inteligencia artificial y los negocios digitales, estos esfuerzos y los cambios regulatorios resultantes han privilegiado un enfoque centrado en principios éticos y de transparencia. De ello han resultado una multiplicidad de disposiciones legales que restringen algunas actividades de las empresas tecnológicas líderes sin considerar los efectos que tienen sobre la eficiencia en los mercados.
Por ejemplo, la Digital and Markets Act prohíbe de manera ex ante conductas como la auto preferencia o ciertos usos de datos e impone obligaciones de transparencia, interoperabilidad, portabilidad de datos y acceso. Sin negar que estas conductas podrían tener algunos efectos negativos, la prohibición ex ante omite el análisis económico de sus impactos y puede afectar la innovación, los costos operativos y administrativos, la fragmentación de los mercados, restringir la personalización o desincentivar la entrada.
El contexto europeo ofrece algunas lecciones valiosas para México, donde las autoridades de competencia investigan el funcionamiento del mercado del comercio electrónico minorista. Si bien estas investigaciones buscan garantizar un mercado competitivo y eficiente, también es cierto que las recomendaciones y medidas resultantes podrían impactar de forma significativa en los modelos de negocio de las principales empresas investigadas. Por ello, es crucial que las autoridades mexicanas consideren cuidadosamente las implicaciones de sus acciones. Paradójicamente, las medidas remediales podrían incidir en los modelos de negocios de las empresas en perjuicio de los consumidores, al limitar la innovación y el acceso a mejores servicios.
La experiencia europea muestra que una regulación excesiva puede restringir la innovación y la competitividad, desalentando la inversión y el crecimiento de empresas innovadoras. En México, las autoridades tienen la gran oportunidad de equilibrar la necesidad de regular y fomentar la innovación. Para ello, las investigaciones antitrust deben ser precisas para evitar consecuencias no deseadas.
El desafío radica en crear un entorno regulatorio que garantice la competencia sin obstaculizar la innovación. Las políticas públicas deben estar diseñadas para atraer inversión y fomentar el emprendimiento en el sector tecnológico, permitiendo que las empresas locales y extranjeras compitan en igualdad de condiciones. Así, mientras Europa lucha por estrechar su brecha tecnológica con los países líderes del orbe, México tiene la oportunidad de aprender de estos errores y adoptar un enfoque más equilibrado.
Es vital que las políticas públicas sean revisadas periódicamente de modo que se adapten a los rápidos cambios tecnológicos y garanticen que las regulaciones sean pertinentes y no obsoletas, y puedan impulsar el desarrollo de un entorno más innovador y competitivo en México, para lo cual es fundamental que exista una estrecha colaboración tanto con el sector privado, como con la academia. Además, es esencial fomentar una cultura de innovación desde las bases educativas del país que preparen a las futuras generaciones para superar los retos tecnológicos.
* Especialista en competencia económica y regulación. Socio Director de Ockham Economic Consulting.
X: @javiernunezmel