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El riesgo del sistema bancario de EU
En los últimos días los bancos más importantes de EU —CITI, Wells Fargo, JP Morgan y Bank of America— han visto cómo de sus arcas, han salido 262,000 millones de dólares producto del nerviosismo que ha causado el quebranto del cuarto banco regional en ese país lo que, hay que recordar, se suma al caso de Credit Suisse. Con el relación a su sistema financiero, hasta el momento ha existido una tensa calma a veces descuidada, exagerada por parte de los analistas y agentes económicos, quienes se distraen tratando de entender fenómenos inexplicables como, pese a altas tasas de interés existe creación de empleos por miles, los aún altos niveles de inflación, particularmente en el terreno subyacente, la debilidad del dólar y la constante caída de la actividad económica en lugares como China dejando de lado la alarma que está encendida en el sector bancario desde el 2008. En efecto, durante la crisis inmobiliaria-financiera se gastaron billones de dólares para estabilizar el sistema de pagos, evitar que millones de norteamericanos se quedaran sin casa y colapsara la economía. Durante esos años las tasas de interés se encontraban en 1% con una regulación bancaria laxa y, en el caso, de la banca de inversión inexistente. Bajo estas premisas vino la crisis, el costoso rescate y el consecuente apretón regulatorio. Pese a las pruebas de estrés que se hicieron hace meses a los mayores bancos la realidad es que el sistema bancario de EU no está preparado para las condiciones coyunturales actuales.
Los fuertes esquemas regulatorios no pudieron ejercerse a plenitud básicamente por la enorme cantidad de liquidez producto de la ingente impresión de moneda, la llegada de la pandemia con todo lo que se sabe. Después, súbitamente surgieron niveles de inflación no vistos en 20 años, la nueva medicina en este caso, crecientes tasas de interés y retiro de liquidez, pese a ello, con un dólar hasta ahora completamente debilitado. A lo anterior se suma la baja de calificación del soberano estadounidense. El punto es que la estricta regulación financiera derivada del 2008 no se probó en aquel contexto y menos garantiza ser útil en el escenario actual diametralmente diferente. Entonces había tasas de interés ridículas y abundante dinero, hoy es al revés por lo que no está demás que todos pongamos atención en la estabilidad de los bancos de EU. Hay que recordar que actualmente existen más de 5,000 marcas de bancos en ese país muchos creados en un contexto sustentado en el dinero casi a costo. Nos queda entonces, cuestionarnos si el sistema financiero norteamericano está listo para soportar más incrementos en las tasas de interés, retiro de billones de dólares de circulante, desaceleración económica con precios de alimentos todavía caros y la latente inestabilidad geopolítica.