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El súper peso avanza de nuevo
Hay ganadores y perdedores por la apreciación en los últimos meses de la moneda mexicana frente el dólar estadounidense, por lo que es importante administrar riesgos
No cabe duda que la fortaleza que ha mostrado el peso frente al dólar norteamericano a lo largo de este año ha sido causa de sorpresa y nerviosismo entre los inversionistas y diferentes sectores de la economía, y no necesariamente porque se haya fortalecido, sino por la magnitud en la que lo ha hecho, y la semana pasada, una vez más, avanzó con fuerza al ganar 1.2% del lunes al viernes, para ubicarse ya en niveles de 17.06 pesos/dólar.
Y es que en lo que va del año, el peso se ha apreciado frente al dólar un impresionante 12.51%, o lo que es lo mismo, 2.44 pesos/dólar, lo que sin duda le ha pegado fuerte a la comunidad exportadora de nuestro país y a todos aquellos que tenían inversiones denominadas en dólares.
Se imaginan un exportador mexicano que vendió sus productos a los Estados Unidos en diciembre del año pasado por un millón de dólares, cuando el tipo de cambio se ubicaba en 19.50, lo que significaría que en pesos él habría estimado un ingreso de 19.5 millones; sin embargo, cuando le pagaron el viernes pasado, tras 180 días de espera, resulta que al cambiar su millón de dólares a pesos, en lugar de tener 19.5 millones de pesos, solo le alcanzó para 17.06 millones, es decir, tuvo un ingreso menor de lo que esperaba en 2.44 millones de pesos equivalentes a un ingreso menor en 12.51%, como menciono antes, lo cual bien podría haberse llevado parte, o toda su utilidad, o en el peor de los casos, inclusive haber perdido dinero.
Por el contrario, el inversionista extranjero que vendió sus dólares en diciembre a 19.50 para invertir en instrumentos de deuda en nuestro país, obtuvo en ese momento 19.5 millones de pesos y hoy, puede retirarse de sus inversiones habiendo tenido un extraordinario rendimiento en pesos ante la fuerte alza que ha habido en las tasas de interés por la política monetaria restrictiva que ha seguido Banco de México en línea con los principales bancos centrales con el objeto de controlar la inflación, más su 12.51% por la apreciación del peso.
Dicho en idioma humano: cuando vendió su millón de dólares en diciembre obtuvo 19.5 millones de pesos y hoy puede comprar con esos pesos, 1.14 millones de dólares, más los intereses que ganó por su inversión en nuestro país. Buen negocio, ¿verdad?
Como en todo, siempre hay ganadores y perdedores.
Un peso fuerte beneficia a todos aquellos que tienen deudas en dólares, incluido al Gobierno Mexicano, ya que se requieren menos pesos para pagar la misma deuda en dólares. Beneficia a los importadores, que pueden comprar productos a mejores precios, lo que ayuda a evitar importar inflación de otros países, pero golpea fuerte al sector exportador, el cual es fundamental para el dinamismo de nuestra economía, ya que hace más caros nuestros productos en el mercado internacional, así como también pone nerviosos a inversionistas extranjeros ya que hoy requieren vender más dólares para invertir en México, solo por mencionar algunos ejemplos.
Lo anterior sin duda afecta el crecimiento de nuestra economía, justo en un momento en que la economía de los Estados Unidos podría empezar a mostrar señales de una desaceleración y al ser nuestro principal comprador, no nos conviene mucho el que nuestros productos les salgan más caros.
Hoy todos dan opinión sobre las razones para la fortaleza del peso, los políticos hablan de una buena administración del gobierno, los economistas y analistas explican que la fortaleza del peso se debe al diferencial de tasas entre México y Estados Unidos, que dicho sea de paso, la FED mantuvo sin cambios la semana pasada, tras diez alzas consecutivas.
Hoy diversos analistas refieren que el tipo de cambio podría fácilmente romper el piso de los 17 pesos/dólar en el corto plazo y honestamente no lo dudo; sin embargo, lo que nadie sabe es en qué nivel y en qué momento, el súper peso podría empezar a perder fuerza.
Lo que está claro es que los mercados no tienen palabra de honor y nunca dejaran de sorprendernos, por eso hay que administrar riesgos.