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Opinión

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Encrucijada para Argentina

Ante la proliferación de partidos y movimientos políticos, Argentina tiene una tradición de constituir coaliciones electorales. Éstas las favorecen las subdivisiones ideológicas y transformaciones dentro de los diversos movimientos. Por ejemplo, dentro de los peronistas existe un ala del kirchnerismo peronista y otra no peronista.

En la última elección presidencial de 2019, se enfrentaron dos coaliciones: El Frente de Todos que unió a sectores del peronismo y el kirchnerismo para que Alberto Fernández derrotara al entonces presidente Mauricio Macri de la coalición Juntos por el Cambio. Ahora, para la elección de 2023, ante tensiones internas, el Frente de Todos decidió transformarse en Unión por la Patria (UP), teniendo como figuras centrales al Partido Justicialista (peronista, presidido por Alberto Fernández) y a la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El candidato de UP terminó siendo el actual ministro de Economía Sergio Massa. La ley no pide la dimisión a su cargo en el gabinete para ser candidato.

Después de la primera vuelta electoral, el 19 de noviembre se enfrentarán en segunda vuelta Massa frente a Javier Milei, un político que sorprendentemente apareció con fuerza en la escena política con una plataforma libertaria y neoliberal. Milei, economista, es líder del Partido Libertario, que es parte integrante de la coalición ultraderechista La Libertad Avanza.

Las plataformas de ambos son muy contrastantes. Fiel a su peronismo, el plan de UP plantea recuperar el poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones, garantizar y defender los derechos laborales vigentes, y promover nuevos derechos. Asimismo promovería legislación para el acceso a medicamentos gratuitos; plantea federalizar la producción y el empleo. El plan no es claro acerca de cómo generar los recursos fiscales para éstas y otras propuestas. El peronismo nunca aprendió la máxima de que “no hay almuerzos gratis”.

Por el otro lado Milei plantea medidas como recortes al gasto público, baja de impuestos, democracia sindical, reforma previsional con un sistema de capitalización eliminando las aportaciones patronales a la seguridad social, eliminación de planes sociales, privatizaciones masivas, abolir al banco central y establecer la competencia de monedas de emisión privada o bien  la dolarización de la economía.

Dentro de la crisis económica en la que está sumida Argentina, ninguno de los dos candidatos aparece como una opción sólidamente viable. El peronismo, a pesar de sus fracasos recurrentes, sigue siendo atractivo para una población que cree en el espejismo de que políticas laboral-salariales basadas en el asistencialismo aumentarán su bienestar. Por el otro lado, Milei que autodefine su libertarismo como parte de la Escuela Económica Austríaca, propone algunas políticas sensatas, pero otras que ya han sido camino andado y han fracasado.  Así, el pueblo argentino tiene ante si elegir entre las ideas caducas del peronismo tradicional o un experimento incierto que propone Milei. Sea como sea, parecería que no es lo que requiere el país para superar la crisis. Argentina se apresta, una vez más, a un salto al vacío.

Twitter: @frubli

Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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