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Enfrentar bien la cuesta de enero
En México y en muchos otros lugares del mundo, es normal que durante el mes de enero se actualicen los precios de muchos impuestos y servicios públicos (como el Predial y el agua) y también de muchos bienes que consumimos normalmente.
Aunque el salario mínimo también se ajusta –en este caso más que la inflación oficial– no sucede así con muchos contratos de trabajo que suelen revisarse en fichas distintas.
Esto, aunado a la “cruda” de los gastos de fin de año, provoca un efecto que se conoce como “la cuesta de enero”. El ingreso alcanza para menos y además hay muchas cosas que se tienen que pagar.
Obviamente las personas que tienen sus finanzas personales en orden, que no tienen deudas, que cuentan con un fondo para emergencias y que contemplan los gastos irregulares en su plan, no tendrán mucho problema.
Pero tristemente estas personas son la minoría. Muchos tendrán que adquirir nuevas deudas –aún si son a meses sin intereses– para poder liquidar el Predial que suele significar una cantidad fuerte para muchas familias.
Si es tu caso y empiezas a sentir que la cuesta de enero te pesa mucho, es momento de pensar en hacer las cosas diferentes. No es fácil cuando uno arrastra deudas, porque buena parte de lo que ganas hoy seguramente tiene que ser para pagarlas. Pero si pones todo tu empeño en ese objetivo y empiezas a hacer un plan de gastos como te he explicado muchas veces en este espacio, verás que lo lograrás más pronto de lo que piensas.
¿Cómo están tus finanzas hoy?
Para saberlo, vale la pena elaborar tu balance personal, que no es más que una fotografía de tu situación financiera actual. Ningún plan es efectivo si no sabes exactamente a qué te estás enfrentando.
Hacerlo es muy sencillo. Simplemente haces dos columnas.
En la primera, pones el valor de tus activos, es decir, lo que tienes. Entras al portal de tus bancos o inversiones y simplemente anotas el saldo de esas cuentas. Anota también el valor actual de tu automóvil pero sólo si lo debes (si hay un crédito relacionado). Para estimar su valor, busca modelos similares en portales especializados o ve en cuánto te lo comprarían en empresas que se dedican a ello. Tu casa forma parte de tu patrimonio, su valor también lo puedes estimar buscando en cuánto se están vendiendo, en promedio, inmuebles similares en tu zona.
En la segunda, el valor de tus pasivos, es decir, lo que debes. Igualmente entras al portal de los bancos y tomas el saldo de tus distintas deudas. No olvides incluir lo que debes a amigos o familiares, en su caso.
La diferencia entre lo que tienes y lo que debes es el valor de tu patrimonio.
Como puedes observar en el cuadro, si tienes mucho y debes poco, tu patrimonio es grande. Pero si sucede lo contrario: debes mucho y tienes poco, puede ser incluso negativo. Hay muchísimas personas que parece que tienen mucho, pero lo deben todo y su patrimonio, aunque vivan muy bien, puede ser muy pequeño.
¿Tienes muchas deudas? Enfócate en pagarlas
Si quieres que tu patrimonio crezca, que tu situación financiera sea mejor y que el dinero que ganas cada mes te rinda más, es importante hacer un plan para reducir tus deudas. Haz de esto tu primera prioridad. Esto significa: apriétate el cinturón lo más posible y destina la mayor cantidad de dinero que puedas a pagarlas, aunque esto signifique un porcentaje importante de tu ingreso.
Hazlo de forma inteligente: mantén todas al corriente (paga el mínimo) y todo lo demás mételo a la deuda más pequeña (para salir de una rápidamente) o bien a la más cara. Cuando la hayas liquidado, suma el monto que antes le dedicabas, a la segunda y así sucesivamente hasta terminarlas todas.
Toma el control de tu dinero
Esto se logra con un plan de gastos y no con un presupuesto como normalmente te enseñan. La siguiente semana escribiré sobre esto.