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Es hora de que AMLO rectifique algunas de sus decisiones
En la entrevista que el exsecretario de Hacienda Carlos Urzúa le concedió a la revista Proceso, que esta semana circula, corroboró lo que el martes de la semana pasada dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador: que sus diferencias fueron con éste, con el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, y con Margarita Ríos-Farjat, la jefa del Servicio de Administración Tributaria.
Urzúa añadió un nombre que no mencionó el presidente: el del director general de la CFE, Manuel Bartlett.
También negó que tuviera el más mínimo conflicto con la oficial mayor de la SHCP, Raquel Buenrostro.
Urzúa dice que no estuvo de acuerdo con la cancelación de lo que hubiera sido el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), para él una de las “decisiones de política pública que hasta ahora ha tomado el gobierno de la 4T sin el suficiente sustento”, como lo anotó en su carta de renuncia. “Creo que la obra estaba muy avanzada y había demasiado dinero de por medio. Si bien es cierto que muchos de los terrenos aledaños estaban controlados por gente vinculada a la administración anterior, un gobierno fuerte como el de López Obrador podría haberlos expropiado por razón de Estado”.
En esto tiene toda la razón. Si el presidente hubiera seguido su recomendación, tal vez la realidad económica del país no sería cuestionada por inversionistas nacionales y extranjeros, calificadoras de valores, entidades financieras de todo el mundo y hasta el propio gobierno de Estados Unidos.
Pero no, Andrés Manuel tiende a tomar decisiones de todo o nada, como lo fue la de cancelar la construcción del NAICM, o suspender las licitaciones para la exploración y explotación petrolera, o eliminar por completo el programa de las estancias infantiles porque 44% de ellas no realizaba bien sus tareas.
La cancelación del NAICM influyó para que México cayera ocho lugares, del 17 al 25, entre los países que más Inversión Extranjera Directa (IED) reciben, en el Índice Global de Confianza de IED 2019 que elabora la consultora AT Kearney.
Esa cancelación es una de las razones que esgrime el gobierno de Estados Unidos para explicar que se haya encarecido el costo de hacer negocios en nuestro país.
En su estudio 2019 Investment Climate Statements: Mexico, difundido el jueves pasado, el Departamento de Estado estadounidense anota que entre los factores que “elevan significativamente” ese costo están los siguientes: “Cancelar el nuevo proyecto de aeropuerto (...) suspender todas las subastas de energía y debilitar las instituciones autónomas” así como “la incertidumbre sobre el cumplimiento de los contratos, la inseguridad y la corrupción”.
En la entrevista, Urzúa dijo que no cree que AMLO “tome en serio el marxismo” o “que sea un izquierdista de pies a cabeza”. Pero sí cree que AMLO es “el mejor político vivo que existe hoy en México (...) tiene una inteligencia social extraordinaria”.
Ante la turbulencia económica que hoy afecta al país, es hora de que Andrés Manuel demuestre que también tiene una inteligencia económica extraordinaria, acepte que algunas de sus decisiones han afectado la de por sí débil economía mexicana y las rectifique. Aún es tiempo y el pueblo bueno y sabio no lo criticará por ello.
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