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Opinión

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Es tiempo de las mujeres

Más allá de que México tendrá por primera vez en su historia una mujer como presidenta en Claudia Sheinbaum, el próximo sexenio debe ser en el que se logre por fin la igualdad sustantiva de las mujeres.

Tiene un compromiso no sólo con los 36 millones de mexicanos que votaron por ella para presidenta, no para marioneta de López Obrador, tiene sobretodo un compromiso con las mujeres que le van exigir que asuma plenamente la Presidencia y avance en la legislación y la infraestructura que se requiere para lograr igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

Hay varios comentaristas y analistas políticos que piensan que López Obrador nunca se retirará a su finca en Palenque y nunca la dejará gobernar libremente, se equivocan, López Obrador sabe que su tiempo ya terminó y si no quiere que su familia enfrente problemas tiene que retirarse de la vida política, por otro lado, más allá de la voluntad de AMLO, parece que no conocen a las mujeres.

Claudia Sheinbaum es una mujer moderna, preparada y nunca va a ser títere de nadie. Probablemente eso podría haber pasado a mediados del siglo pasado, hoy las mujeres se han ganado, con mucho esfuerzo y valentía, su espacio en la vida política y económica nacional, nunca permitirían ser manejadas tras bambalinas.

Claudia no es una líder carismática como López Obrador, su estilo no es la de una populista, por lo que aunque mantendrá el rumbo de un desarrollo que dé prioridad a los pobres, no lo hará dividiendo al país y confrontándose con todos los que tienen una opinión diferente, como ha sucedido con el actual presidente.

Para asumir plenamente la presidencia no puede ser tampoco rehén de las fuerzas radicales de Morena, de los gobernadores, legisladores o del partido, para gobernar tendrá que abrir el diálogo y la negociación con la oposición.

Tanto sus declaraciones, como las propuestas de su gabinete, hablan de una forma de gobernar muy diferente a la de López Obrador. Habrá otra vez gabinete y verdaderos secretarios de Estado y no los encargados del despacho como lo han sido, estos casi seis años, los encargados de las secretarías. Claudia está dando preferencia a la experiencia y conocimientos, sobre la incondicionalidad y la sumisión del gabinete de López Obrador. 

Claudia mantuvo una estrategia y un discurso muy diferente al de López Obrador, cuando fue jefa de Gobierno de la CDMX, nunca se confrontó o usó la violencia verbal contra las voces de oposición. En estos seis años, el monopolio de la información gubernamental lo ha tenido el presidente en las mañaneras, su relación con la oposición, con los medios, los periodistas y analistas políticos ha sido pésima y se la van a cobrar en cuanto se vaya, sería un grave error de Claudia mantener esa confrontación con ellos.

Su principal problema es cómo sortear estos próximos tres meses, la reforma al Poder Judicial es la última estupidez de López Obrador y quiere sacarla antes de que termine su sexenio. Si no logra pararla, arrancará su sexenio con una confrontación, no sólo con la oposición, sino inclusive con gente cercana a ella que no está de acuerdo con el retroceso democrático que significa la reforma al Poder Judicial. No es tiempo de romper con López Obrador, pero tampoco puede dejar pasar una reforma que va a marcar su gobierno.

A Claudia no le queda otra, tiene que alejarse de López Obrador y asumir plenamente la presidencia, si no lo hace, se tambaleará y será rechazada por millones de mujeres que ven en ella una esperanza.

Ciudadano interesado en las soluciones para el país y la Ciudad de México. Político mexicano, ha sido diputado federal (1988-1991), senador (2000-2006) y jefe delegacional de Miguel Hidalgo (2009-2012)

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