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Estados Unidos ha dejado de actuar ciñéndose a las reglas monetarias
El sistema financiero y monetario internacional opera en última instancia sobre la base de la confianza, y todos los participantes asumen que los demás seguirán las reglas. Al congelar unilateralmente las reservas de divisas de Rusia, Estados Unidos ha socavado poderosamente su propia credibilidad, sobre todo en China.
BEIJING.– En el libro The Economic Weapon: The Rise of Sanctions as a Tool of Modern War, el historiador Nicholas Mulder nos recuerda que incluso cuando Gran Bretaña y Rusia se enfrentaron ferozmente durante la Guerra de Crimea (1853-56), continuaron pagando las deudas contraídas entre ellos. Del mismo modo, cuando los fondos de cobertura lanzaron ataques depredadores contra las monedas asiáticas durante la crisis financiera asiática de la década de los años 90, en última instancia, estos fondos continuaron ciñéndose a las reglas (a pesar de que su comportamiento poco ético detuvo el progreso económico de algunos países de Asia Oriental).
La decisión de Estados Unidos dada a conocer el 28 de febrero de este año sobre el congelamiento de alrededor de la mitad de las reservas de divisas de Rusia parece entrar en una categoría diferente. Si bien Estados Unidos ha tomado medidas similares contra Irán, Venezuela y Afganistán, los economistas chinos pensaron que aquellas fueron situaciones excepcionales y les parece impactante que Estados Unidos lleve a cabo tales medidas contra Rusia.
El sistema financiero internacional se fundamenta en la confianza de que todos los participantes actuarán ciñéndose a las reglas, y el cumplimiento de las obligaciones de deuda es una de las reglas más importantes que existen. Sea cual sea la justificación, el congelamiento de las reservas de divisas de un país es una flagrante violación de esa confianza. Estados Unidos, país que emite la principal moneda de reserva mundial, está poniendo en peligro su credibilidad financiera en aras de algunas esquivas ventajas tácticas a corto plazo. Hacer esto es un gran error.
Durante muchos años, la capacidad de China de acumular reservas de divisas ha sido un símbolo de su floreciente éxito económico. Pero este ha sido un tema controvertido desde mediados de la década de 1990 (cuando las reservas de China alcanzaron los 100,000 millones de dólares), debido a que el propósito del comercio no es obtener reservas de divisas cada vez mayores, sino participar en la división internacional del trabajo en una forma que dicha participación mejore la asignación de recursos a lo largo del cruce de fronteras.
La crisis financiera asiática de 1997 aparentemente reivindicó el argumento que señala que China necesitaba grandes reservas de divisas para defenderse de los ataques depredadores de los especuladores internacionales. Para el año 2003, las reservas de China se habían cuadruplicado hasta alcanzar los 400,000 millones de dólares, y la presión internacional sobre las autoridades chinas para que permitieran la apreciación del renminbi era cada vez mayor. Pero estas autoridades fueron reticentes a hacerlo, porque no querían provocar una ralentización del crecimiento de las exportaciones. Consecuentemente, las vastas tenencias de divisas de China siguieron aumentando a un ritmo acelerado.
Luego llegó la crisis financiera mundial del 2008, la cual obligó a que China reconozca que sus reservas de divisas podrían estar en peligro. El primer ministro chino de aquel entonces, Wen Jiabao, expresó públicamente sus preocupaciones en marzo del 2009: “Hemos prestado una enorme cantidad de dinero a Estados Unidos, por lo que, por supuesto, nos preocupa la seguridad de nuestros activos. Francamente, tengo algunas preocupaciones”. A continuación instó al gobierno estadounidense a “mantener su credibilidad, cumplir sus compromisos y garantizar la seguridad de los activos chinos”.
El gobierno estadounidense sí honró sus compromisos, y China siguió acumulando reservas de divisas, que alcanzaron un máximo de 3.8 millones de millones de dólares en el año 2014, antes de caer en 800,000 millones de dólares durante los dos años siguientes, ya que el banco central chino intervino fuertemente en el mercado de divisas para estabilizar el renminbi ante las grandes salidas de capital. Desde el año 2016, las reservas de China han fluctuado en torno a los 3 millones de millones de dólares bajo un régimen de tipo de cambio más flexible, a pesar de que este país ha seguido teniendo un superávit en cuenta corriente. Hoy en día, las reservas chinas se sitúan en torno a los 3.2 millones de millones de dólares.
Sean cuales sean las causas, no se puede negar que China ha acumulado un volumen excesivo de reservas de divisas. Como vengo sosteniendo desde hace décadas, existen dos grandes razones por las que este país debería reducir estas tenencias. En primer lugar, al tener más de 2 millones de millones de dólares de activos internacionales netos, los ingresos netos por inversiones de China han sido negativos durante casi 20 años, debido a que sus tenencias se encuentran, de manera desproporcionada, en bonos del Tesoro estadounidense, mismos que son instrumentos de bajo rendimiento. Esta es de una grotesca mala asignación de recursos.
La segunda razón, el dólar estadounidense puede caer significativamente con el pasar del tiempo, debido a que Estados Unidos durante décadas ha venido manteniendo enormes deudas netas nacionales e internacionales, y esta situación no muestra señales de cambio. Es más, la política monetaria expansiva de la Reserva Federal de Estados Unidos (en forma de la flexibilización cuantitativa) puede continuar creando presiones inflacionarias en el futuro.
Sin duda, teniendo en cuenta que muchos países, especialmente China, poseen cantidades tan grandes de reservas de divisas denominadas en dólares, el dólar estadounidense puede permanecer fuerte durante bastante tiempo. Pero en algún momento, el valor del billete verde caerá; y, China, el segundo mayor tenedor extranjero de bonos del Tesoro de Estados Unidos, enfrentará enormes pérdidas.
Ante esta posibilidad, durante mucho tiempo yo vengo abogando a favor de: un régimen de tipo de cambio flotante para el renminbi; un abordaje prudente con dirección a la liberalización de la cuenta de capital; una diversificación de las reservas de divisas; una paciente internacionalización del renminbi que sea impulsada por el mercado; y, un comercio más equilibrado con Estados Unidos. Sin embargo, todas estas sugerencias presuponen que Estados Unidos actuará ciñéndose a las reglas. Ahora que este país ha congelado unilateralmente las reservas de divisas del banco central ruso, se ha desmoronado la base sobre la que fundamento mis recomendaciones relativas a políticas.
Si todos los activos extranjeros, tanto públicos como privados, pueden ser congelados en una fracción de segundo por los países cuyas monedas son monedas de reserva, los responsables de la formulación de políticas ni siquiera deberían perder el tiempo con medidas de cobertura, como por ejemplo la diversificación. Ahora que Estados Unidos ha demostrado su voluntad de dejar de actuar ciñéndose a las reglas, ¿qué puede hacer China para salvaguardar sus activos extranjeros? No lo sé. Pero estoy seguro de que los responsables de la formulación de políticas de China, y tal vez también aquellos de otros países, estarán pensando mucho sobre posibles soluciones.
*El autor es expresidente de la Sociedad China de Economía Mundial y director del Instituto de Economía y Política Mundial de la Academia China de Ciencias Sociales, formó parte del Comité de Política Monetaria del Banco Popular de China desde el año 2004 al 2006.