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Estancias infantiles en México: un pilar esencial para el desarrollo de la primera infancia
En un artículo que previamente publiqué en este medio, destaqué la relevancia de las “Escuelas de Tiempo Completo” como herramienta fundamental para preparar a la juventud ante las cambiantes demandas laborales del mundo actual. Además, enfaticé su papel en apoyar a las madres trabajadoras en México. Sin embargo, no se puede pasar por alto la falta de un programa sólido de estancias infantiles, ya que esta carencia no solo impacta el desarrollo temprano de los niños, sino que, también afecta de manera significativa a las madres que buscan equilibrar sus responsabilidades familiares con la necesidad de un empleo remunerado.
En 2018, se eliminó el programa de Estancias Infantiles, que había estado operando bajo la extinta Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) desde 2007. Esta acción afectó a más de 9,000 estancias de cuidado para la niñez, cuyas madres no cuentan con seguro social, dejando a más 300,000 niñas y niños a merced del cuidado en el hogar. Según el Coneval, esto se tradujo en un incremento alarmante del uso de métodos violentos de disciplina en los hogares, con un 58.9% de niñas y niños menores de cinco años experimentando algún tipo de violencia psicológica o física por parte de miembros de su familia.
La primera infancia es crítica en el desarrollo de un niño, ya que es durante estos años formativos que se establecen los cimientos para el aprendizaje, la salud y el bienestar de los individuos. De acuerdo con el Banco Mundial en su informe “Panorama: Invertir en la primera infancia para el crecimiento y la productividad”, invertir en los primeros años de vida de las niñas y niños en edad temprana no solo es rentable, sino que también contribuye a formar una fuerza laboral altamente capacitada y competente, con beneficios notables para aquellos en situaciones de desventaja.
Es esencial contar con programas de estancias infantiles que garantice el bienestar, la salud, la educación y el desarrollo de la niñez desde una edad temprana, al tiempo que brindan apoyo a sus familias. Estos programas deben centrarse en promover un crecimiento integral que abarque su salud física, mental, emocional, nutricional y social, además de asegurar la igualdad de oportunidades. Según un informe de UNICEF, Luxemburgo, Islandia, Suecia, Noruega y Alemania ocupan los primeros puestos en cuanto a oferta de guarderías entre los 41 países de la OCDE y la UE.
Es de vital importancia que el gobierno invierta en políticas públicas como las estancias infantiles, esto garantiza que las madres, padres y cuidadores tengan el tiempo, recursos y servicios necesarios para apoyar el desarrollo de sus hijos. Un dato relevante es que, según los datos de la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social de 2017, se observó que, de los 14 millones de niñas y niños de 0 a 6 años en México, un 13,7% recibió cuidado de sus abuelos mientras sus madres estaban ocupadas trabajando, un 7.2% fue cuidado por otras personas, un 3.1% en guarderías públicas, un 1% en guarderías privadas, y el 75% restante fue cuidado por sus madres, ya sea que trabajaran fuera del hogar o no.
La nutrición y la educación temprana son pilares fundamentales para un futuro saludable y exitoso y las guarderías desempeñan un papel crucial en proporcionar estos elementos. Abordar la falta de programas de estancias infantiles no solo beneficia a la niñez, sino a toda la sociedad mexicana. Es el momento de reconocer su importancia y tomar medidas para no dejar a nadie atrás.
El futuro de México depende de las niñas y niños, y las decisiones actuales tienen un impacto directo en la productividad futura. Establecer cimientos sólidos para su crecimiento y el aprendizaje, nos acerca a un futuro mejor.
- El autor es director general de Fundación Azteca de Grupo Salinas