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Opinión

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Este es un momento crucial para el Banco de México

¿Qué hace el subsecretario de Hacienda Gabriel Yorio “adelantando” sobre cuánto debe subir o no la tasa de interés el Banco de México?

¿Por qué lo hace en el momento en que la inflación ha alcanzado niveles no vistos en 20 años y cuando ya quedó claro que no es un fenómeno temporal?

¿Y qué lo motiva a meterse en los terrenos monetarios? Cuando en los mercados queda la duda si la designación de su ex par en Hacienda, Victoria Rodríguez Ceja, como integrante de la Junta de Gobierno del Banxico, es para entregar en charola de plata el banco a la 4T o para defender su autonomía.

Si hay un momento en el que hay que darle su espacio al Banco de México y no interferir desde el gobierno federal en las decisiones de la Junta de Gobierno es este.

Ya bastante confusión se genera entre los consumidores que creen en los dichos de la mañanera cuando les aseguran que ni la gasolina, ni la electricidad, ni el gas doméstico han subido, cuando la realidad es que la inflación de los energéticos acumulada en un año es de 15.41 por ciento.

La ponderación de todos los precios en el Índice Nacional de Precios al Consumidor arroja un acumulado en 12 meses de 7.37 por ciento. Hay que tener mucho más de 30 años para recordar algún nivel superior de inflación general.

Pero este promedio tiene en sus entrañas ese aumento en los energéticos superior a 15%, un incremento en frutas y verduras de casi 18% y en productos pecuarios como la carne y la leche, de más de 11 por ciento.

En fin, las presiones inflacionarias se notan más en productos de alto consumo y esto hace de la inflación un tema de discusión pública, una fama que poco ayuda en la generación de expectativas de baja.

Hay que ser claros, la inflación es en este momento un fenómeno global. Se espera para hoy el dato inflacionario de Estados Unidos que podría resultar el más alto desde los años 80.

Pero de manera interna se puede agravar esta situación global. Los precios controlados del gas han marcado pauta para incrementos quizá más fuertes que los que el mercado pudo haber determinado.

Desde el gobierno federal presumieron como triunfo político el incremento al salario mínimo y en su euforia populista pudieron encender el efecto faro para los salarios contractuales y los ingresos informales.

Y nada ayuda a la estabilidad ese uso estridente desde la oposición y su intento de hacer responsable al gobierno de López Obrador de los actuales niveles tan altos de inflación.

Este momento es crucial para el Banco de México, por ese alto nivel inflacionario que hay que combatir y por el cambio que se avecina en 20 días.

La pulcritud con la que Alejandro Díaz de León ha gobernado el Banco de México tiene que dar paso a una continuidad del ejercicio autónomo, asertivo y discreto de quien designe el Presidente como próxima cabeza del banco central, en momentos del episodio inflacionario más alto del siglo en México.

No hay espacio para intervencionismos ni populismos en torno a la política monetaria.

Fenómeno global

Continuidad

La pulcritud con la que Alejandro Díaz de León ha gobernado el Banco de México tiene que dar paso a una continuidad del ejercicio autónomo.

EU

Se espera para hoy el dato inflacionario de Estados Unidos que podría resultar el más alto desde los años 80.

Presión mundial

Los bancos centrales no tienen espacio para mantener una política monetaria ultra expansiva y las tasas de interés bajas, aseguró el FMI.

ecampos@eleconomista.mx

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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