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Europa al límite: El nuevo "gobierno" de la Unión Europea y los desafíos que amenazan su estabilidad
Tras unas elecciones europeas que se vieron parcialmente ensombrecidas por la presencia de la extrema derecha eurófoba y de mandatarios que pusieron trabas a las negociaciones para la elección de los cargos más importantes, finalmente endiciembre iniciará un nuevo “gobierno” de la Unión Europea (UE). Este tendrá a Ursula von der Leyen al frente, por segunda ocasión, de la Comisión Europea; António Costa como presidente del Consejo Europeo,y Kaja Kallas como alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Roberta Metsola repite en la Presidencia del Parlamento Europeo.
Internamente, la UE se enfrenta a una serie de desafíos que nuevamente pondrán a prueba su nivel de cohesión y resiliencia. Estos van desde la profunda división política con Estados miembros que después de elecciones recientes se han inclinado cada vez más a la derecha antiintegracionista, hasta la crisis económica en algunos países del sur, cuyas deudas públicas superan el 100% de su producto interno bruto. También cabe mencionar el aumento constante de flujos migratorios, que ahora se intentarán controlar mediante el uso de inteligencia artificial a la que tendrán acceso la Policía, el Ejército y los agentes de fronteras, con todo lo que eso implicará para los derechos humanos y la lucha contra el cambio climático y el envejecimiento de la población. Todo esto corroborará la capacidad del nuevo “gobierno”europeo, incluida la X Legislatura del Parlamento Europeo que comenzó el pasado 16 de julio, pues existe un hilo muy delgado que podría poner en jaque los valores democráticos y el Estado de derecho que tanto han defendido los eurófilos.
Pero además existen desafíos más allá de las fronteras que son igual o más importantes que los ya mencionados. La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania amenaza con intensificarse, al grado que países miembros de la UE como Polonia han recuperado los refugios de guerra y puesto en alerta a sus fuerzas aéreas. Ya no basta con aumentar las sanciones contra Rusia y otorgar más ayuda militar a Ucrania, sino que se habla de “prepararse para ir a la guerra”.
Un poco más lejano, al menos en términos geográficos, se desarrolla el conflicto entre Israel y Palestina, que ahora involucra a muchos países de esa región que están tanto a favor de uno como del otro, lo que abre las puertas a una escalada sin precedente. Y, para la UE, este conflicto, a diferencia del ruso-ucraniano, significa más polarización, pues mientras algunos Estados han reconocido recientemente a Palestina como igual (España e Irlanda), otros como Alemania, Francia e Italia, en diferente proporción, se han mantenido neutrales o han hecho declaraciones a favor del régimen de Benjamín Netanyahu. Y no pueden olvidarse los problemas de más largo aliento: la presencia cuasi omnipresente de China como rival sistémico de la UE; la dependencia de Estados Unidos en términos de defensa colectiva, y el posible retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, lo que dificultará las relaciones trasatlánticas.
En pocas palabras, las instituciones europeas, los gobiernos de los Estados miembros y sus respectivas sociedades no tienen el camino fácil. Pero como ha ocurrido en otras ocasiones y citando a Albert Einstein, “In the midst of every crisis, lies great opportunity.”
*El autor es doctor en Derecho por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y doctor enAdministración Pública por el INAP. Maestro y licenciado en Relaciones Internacionales por laFacultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde se desempeña como profesor de asignatura. Candidato a investigador nacional por el Conahcyt y asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi).
X: @joelpena89