Lectura 4:00 min
Exceso de confianza, género y decisiones de inversión
Generalmente confiamos demasiado en nuestras opiniones, impresiones y juicios”.
Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía
Usualmente pensamos que las decisiones inversión se realizan desde una perspectiva analítica, que pondera los riesgos asociados a las inversiones, que compara contra otras inversiones para medir el retorno y riesgos asociados, así como los factores técnicos mínimos para comprender la naturaleza de la inversión y los elementos potenciales del entorno que pueden afectar el desempeño de esta.
Sin embargo, la literatura económica particularmente la relacionada con investigación empírica de economía del comportamiento; ha dado probadas muestras de que las decisiones de inversión frecuentemente son afectadas por factores que demerita su calidad o generan desviaciones significativas sobre lo que deberían de ser modelos analíticos y objetivos de decisión, generando frecuentemente decisiones subóptimas.
Esto ocurre a nivel de individuos, pero también de forma institucional en organizaciones con grupos de personas decidiendo. Algunos análisis recientes muestran qué, por ejemplo, un altísimo porcentaje de las llamadas compañías unicornio (que alcanzan una valuación superior a los 1,000 millones de dólares), fracasan durante los primeros años de operación posteriores al levantamiento de capital, ya sea porque no alcanzan los parámetros esperados de crecimiento y rentabilidad o porque incluso terminan quebrando, haciendo perder sumas muy importantes de dinero a los inversionistas institucionales.
Uno de los factores que se asocian a esta mala calidad de las decisiones financieras y de inversión, es el exceso de confianza. Múltiples estudios han demostrado que, cuando los inversionistas, ya sea personas o grupos en instituciones, presentan exceso de confianza, la calidad de las inversiones tiende a generar con mucha frecuencia resultados negativos.
El exceso de confianza se interpreta como la desviación que existe entre la auto percepción de la confiabilidad de las decisiones que se toman, respecto del resultado real que estas tienen. En el estudio “Male and overconfident groups overinvest due to inflated perceived ability to beat the odds”, de Renertel et al, se hizo un análisis del factor de sobre confianza en las decisiones de grupos, así como de la forma en que el género de los participantes influye en la presencia del fenómeno de sobre desconfianza.
Mediante distintos estudios experimentales, se analizó como la presencia de personas con más rasgo de sobre desconfianza o mayor proporción de hombres en los grupos que tomaron las decisiones, tienden a generar una falsa percepción de qué se tiene la capacidad para sobrepasar las probabilidades por encima del promedio y, consecuentemente, se toman decisiones de riesgo que generan inversiones subóptimas o incluso pérdidas.
El estudio encontró que los hombres tienden a generar en mayor medida que las mujeres (aunque el fenómeno no está ausente en estas), una percepción de exceso de confianza que les lleva a pensar que pueden tener un desempeño en cuanto a los rendimientos de sus inversiones, superior a los promedios.
La diferencia en cuando a la proporción de participantes por género, en parte se explica según el estudio, porque las mujeres tienden a pensar que las habilidades del grupo son en promedio mayores que las que individualmente tienen; mientras que los hombres tienden a pensar más frecuentemente que sus habilidades individuales como inversionistas y analizando la información, son superiores a las capacidades promedio del grupo.
Este fenómeno resulta relevante porque al no aplicar específicamente a personas no profesionales de la inversión, sino también a grupos de profesionales dedicados a estos temas, pueden presentarse decisiones incorrectas que comprometen la rentabilidad de fondos de recursos de importancia fundamental. Si pensamos por ejemplo en los grandes administradores de fondos, como los fondos de pensiones a nivel mundial, esto haría suponer que esquemas equitativos de género en los órganos de decisión y de análisis de riesgo/rentabilidad potencial de las inversiones, pueden beneficiarían los retornos promedio de estos fondos institucionales.