Lectura 4:00 min
Fedspeak
Bernanke intentó regresar la tranquilidad a los mercados pero ocurrió lo contrario: no entendieron el mensaje de la Fed. La política de comunicación está en crisis.
La política de comunicación de la Reserva Federal está en crisis. Ayer, de nuevo, las palabras del gobernador Ben Bernanke dispararon la incertidumbre en los mercados financieros. Quizás deba estudiar cuidadosamente el Fedspeak de Alan Greenspan que, igual que el Estado totalitario en la novela de George Orwell, inventó una nueva forma de expresión lingüística que disfraza, distorsiona y revierte el sentido de las palabras.
Greenspan rápidamente comprendió que sus declaraciones sobre la economía agregaban o restaban 10 puntos base a las tasas de interés. Para no afectar los mercados y ni responder siempre no comments, respondía con aparente sabiduría, pero gran incoherencia generando interpretaciones conflictivas de sus palabras.
Desde la llegada de Bernanke a la Fed experimenta sin mucho éxito un nuevo Fedspeak basado en una más amplia explicación de la política monetaria.
Ayer en su comunicado de política, la Reserva Federal repitió el comunicado anterior. El Comité de Mercados considera que los riesgos a la baja del crecimiento se han reducido desde el otoño. La economía crece moderadamente, el mercado de trabajo está mejorando, aunque el desempleo es todavía elevado, el gasto de los hogares y las empresas avanza, y se fortalece la construcción de viviendas, debido en parte a factores transitorios la inflación es baja, pero la expectativa de mediano plazo es estable. Según el Comité la inflación en el mediano plazo será igual o ligeramente inferior a la meta de 2 por ciento.
Para apoyar la recuperación, la Fed continuará con la política de Expansión Cuantitativa (QE3) comprando en los mercados 85,000 millones de dólares de bonos hipotecarios y del Tesoro hasta que se produzca una mejora sustancial del mercado de trabajo. Igual continuará la reinversión en estos tipos de bonos de los pagos de capital del portafolio.
El Comité afirmó que cuando termine la QE3 todavía será necesario un periodo prolongado de condiciones monetarias acomodaticias. La política de tasa de interés será cero mientras la tasa de desempleo supere 6.5%, la inflación proyectada no supere 2.5%, y halla estabilidad de precios.
En esta ocasión, se registraron dos votos en contra por razones opuestas. James Bullard, presidente de la Fed en San Louis, votó en contra porque consideró que el Comité no prestó la atención adecuada al hecho de que la tasa de inflación es demasiado baja. Esther L. George votó en contra porque considera que el alto grado de acomodación monetaria aumenta el riesgo de inestabilidad económica y financiera, y con el tiempo, provocará un aumento en la expectativa de inflación.
En una presentación posterior al comunicado, Ben Bernanke contestó las preguntas de la prensa. ¿Qué dijo? Que la Fed considera que si la economía continúa mejorando a finales de este año comenzará a reducirse el tamaño de las compras de bonos de la QE3, que terminará a mediados del próximo año. Bernanke destacó que esto ocurrirá sólo si la economía mejora sustancialmente. Se esforzó en explicar que la suspensión de la QE3 no supone una reducción de liquidez.
Un tiempo después y de acuerdo con las circunstancias de la economía, iniciará la reducción del exceso de liquidez en un nuevo ciclo de alza de la tasa de interés. Bernanke se dijo sorprendido por la reacción del mercado de bonos a sus palabras, ya que varios estudios empíricos de la propia Fed muestran que las políticas de expansión cuantitativa no han sido el factor principal en la reducción de las tasas de interés de largo plazo, sino la situación de la economía y la política de tasa cero.
rfeliz@eleconomista.com.mx