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Fortaleza del peso en tiempos de incertidumbre
Una nueva administración en Estados Unidos, encabezada por Joe Biden, reflejaría mayor claridad política y económica hacia México.
Nuestra moneda ha ganado gran terreno frente al dólar y se posiciona entre las divisas con mayor apreciación en el mundo en los últimos meses.
Desde su máximo histórico, por encima de 25 pesos por dólar en marzo pasado, y hasta el día de hoy, el peso ha registrado una importante apreciación del 20 por ciento.
Consideramos que lo anterior, si bien se debe principalmente a factores de orden externo, es importante mencionar fundamentos internos que han diferenciado al peso mexicano de otras monedas emergentes.
Sorprende dicha apreciación dado el contexto actual; primeramente, en medio de una importante depresión económica mundial, la cual acentuó los indicios de desaceleración desde finales de 2018 registrados en México.
De igual modo, una notable falta de estímulos fiscales ante la pandemia de Covid-19 y una marcada incertidumbre por los alcances de esta contingencia.
El factor externo que podría explicar el beneficio en el tipo cambio tiene sus bases en un evento político y de perspectivas económicas futuras; en el contexto electoral en Estados Unidos desde la victoria por parte del candidato Joe Biden, que provocó un generalizado apetito por riesgo, causando debilidad en el dólar y fortaleza en una canasta de monedas emergentes, especialmente en nuestro país.
En esa línea, surge la interrogante de qué es lo que podría diferenciar a México de otras naciones emergentes que no se han visto tan favorecidas como la mexicana, y la razón es que existen fundamentales que han ayudado a otorgar fortaleza al peso, entre los que destacan:
Finanzas Públicas
Si bien, ante la crisis sanitaria, el gobierno federal no realizó destacables políticas de estímulos económicos, la señal de disciplina fiscal y de equilibrios macroeconómicos a través de balances públicos cautelosos, han logrado generar una percepción positiva entre inversionistas extranjeros y calificadoras.
Con base en el último dato del PIB publicado, la deuda pública como porcentaje del PIB ascendió a 53% al cierre de septiembre de 2020, nivel que consideramos adecuado, en especial en el contexto de pandemia.
Autonomía del banco central
El Banco de México ha sido un agente vital para la apreciación del peso y un importante pilar para los fundamentales económicos. A través de una política monetaria prudente, oportuna y especialmente acomodaticia, ha logrado contrarrestar, en la medida de lo posible, el traspaso de los efectos de la actual crisis a la actividad económica.
Si bien la inyección monetaria ha sido su principal herramienta (sin descuidar el diferencial de tasas con EU), también ha implementado medidas para proveer de liquidez al sector financiero además de colaborar con otros bancos centrales de forma más activa.
Relación comercial con EU
Durante el tercer trimestre del 2020, el saldo en la balanza comercial mexicana registró un importante superávit de 16,345 millones de dólares, nivel históricamente alto y que se compara con el déficit presentado en el mismo periodo del año pasado de 750 millones de dólares.
Lo anterior es reflejo de la gradual reapertura en la actividad económica estadounidense, además de los importantes estímulos fiscales y monetarios llevados a cabo en el principal socio comercial de México, lo que llevó a que las exportaciones superaran en 17.3% el ritmo de crecimiento de las importaciones durante el 3T20.
Dicha relación comercial afecta directamente el nivel de ingreso de México y por tanto sus perspectivas de crecimiento, lo que representa un importante fundamental que podría otorgar fortaleza al peso.
Gran parte de la apreciación del peso se asocia con la debilidad del dólar generada por el aumento en el apetito de activos riesgosos y por la pronunciada expansión monetaria por parte de la Fed.
Cabe mencionar que bajo una nueva administración en EU, encabezada por Joe Biden, reflejaría mayor claridad política y económica hacia México. Esto disminuiría el riesgo país, que mostró avances considerables desde la llegada de Trump, y con ello un mejor ambiente para la inversión.
Al exterior, una nueva ola mundial de Covid-19 que obligue a nuevas medidas de confinamiento o una perspectiva negativa en el congreso estadounidense que impida la materialización de apoyos fiscales adicionales propuestos por Biden, son solo algunos eventos que podrían cortar con la jornada positiva observada no solo con la cotización del peso mexicano sino en todos los mercados.
Al interior, y en el mismo sentido, una incorrecta ejecución de políticas públicas que comprometan la estabilidad fiscal y el marco macroeconómico mexicano, además del papel protagónico como factor de riesgo que Pemex ha cobrado, podrían restar fortaleza al peso.