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Opinión

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Frente Amplio Va por México. Mi exposición de motivos y propuesta

México atraviesa por una situación crítica, sin precedente en su historia moderna. Un gobierno populista que es conducido con base en falsedades, agresiones mediáticas y manipulación de la opinión pública, promueve la división, la polarización y el enfrentamiento en la sociedad. Rodeado de ineptitud y corrupción, ha concentrado un poder casi absoluto, y ha militarizado al país, otorgándole a las Fuerzas Armadas una amplia gama de negocios y responsabilidades ajenas a su función constitucional. El gobierno ha entrado en una cohabitación tácita con bandas criminales, concediéndoles el control de una gran parte del territorio nacional, habiéndose llegado a niveles récord de violencia con casi 160 mil asesinados en los últimos cuatro años. Se ha arraigado un fenómeno de delincuencia social o de insurgencia criminal, donde el crimen organizado se ha dado a sí mismo base social al insertarse en pueblos, comunidades y colonias. Los cuerpos de seguridad del régimen, la propia Guardia Nacional militarizada, y las Fuerzas Armadas son ostensiblemente incapaces de combatir al crimen. El gobierno ha destruido, inutilizado y envilecido frenéticamente la institucionalidad de la República, atentado contra la división de poderes y los órganos autónomos del Estado, y desmantelado bienes y servicios públicos de una manera perversa, como ha ocurrido con el sistema de salud, la educación, y las instituciones ambientales. Ha cancelado y destruido sólo por capricho presidencial, el proyecto de infraestructura emblemático del siglo XXI: el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, infligiéndole un gigantesco daño patrimonial a la Nación. Se ha derruido al Estado y a la administración pública con la finalidad de liberar presupuestos y transferirlos hacia proyectos absurdos, improductivos y megalómanos, y hacia subsidios clientelares masivos. Se han saqueado fondos de estabilización y fideicomisos sectoriales. Más de un billón de pesos del erario han sido despilfarrados en ello. Se han destruido valiosos ecosistemas y recursos naturales en la construcción de proyectos gubernamentales, de manera ilegal e impune, y se han repudiado Acuerdos Internacionales en materia climática como el Acuerdo de París. México vive una regresión irracional en energía; el gobierno bloquea a las energías limpias y promueve a los combustibles fósiles. La política exterior mexicana nunca había caído en abismos tan profundos de desprestigio, y decisiones erráticas y pendencieras, brindando vergonzoso apoyo a las dictaduras más nefandas.

Prácticamente en todos los indicadores sociales, económicos y ambientales, México ha retrocedido en estos años. Una astuta demagogia presidencial logra que la población desconozca o desconsidere estos hechos, se someta a una narrativa falsa y vulgar de logros inexistentes y de culpabilidades transferidas al pasado.

En este devastador contexto, el próximo gobierno democrático de coalición encontrará unas finanzas públicas de gran fragilidad, un gasto público profundamente distorsionado por subsidios clientelares masivos, instituciones y fondos de contingencia destruidos, servicios públicos degradados, violencia brutal e insurgencia criminal, y control del territorio por parte de organizaciones delictivas. El próximo gobierno democrático deberá asumir como principal tarea la reconstrucción institucional México, y la racionalización del gasto público hacia destinos productivos, y servicios y bienes públicos estratégicos. Es esencial la recuperación del Seguro Popular y la reconstrucción urgente del sistema de salud, de las Escuelas de Tiempo Completo, y de las Estancias Infantiles. Es preciso lograr una educación pública basada en el mérito, de alta calidad, y acorde con la ciencia, las matemáticas, la informática, el dominio pleno de la lengua española, y el aprendizaje del inglés. Se restablecerán las instituciones y herramientas de evaluación de la educación nacionales e internacionales, y se promoverán las lenguas y cultura de los pueblos originarios.

Se deberán evaluar programas sociales y rediseñarlos de acuerdo a objetivos de desempeño claros y medibles, a reglas de operación transparentes, y a la reducción efectiva de la pobreza, creando un mecanismo de viabilidad financiera, particularmente a las pensiones de adultos mayores. El nuevo gobierno democrático de reconstrucción nacional deberá ofrecer certeza jurídica en un proyecto a largo plazo de competitividad, desarrollo económico, progreso y prosperidad, así como de sustentabilidad ambiental, y transición energética acelerada. El nuevo gobierno aprovechará las oportunidades del Nearshoring y el T-MEC, y la inversión extranjera y nacional para lanzar a México hacia una ruta de crecimiento dinámico e integración regional como potencia emergente. Se recuperarán las Zonas Económicas Especiales en los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, como instrumento fundamental para combatir la pobreza extrema. Se reconstruirán las instituciones y políticas ambientales, de conservación de la biodiversidad, forestales, urbanas, marinas, energéticas y de agua. México cumplirá sus compromisos internacionales en cambio climático.

Será urgente construir una verdadera Policía Nacional Civil, integrada a todo un sistema de policías estatales y municipales de clase mundial, devolver gradualmente a los militares a sus cuarteles y tareas propias, reformar el sistema de fiscalías y de procuración de justicia, enfrentar al crimen con toda la estrategia e inteligencia, y con toda la fuerza del Estado, y recuperar el control absoluto del Estado sobre el territorio nacional.

@g_quadri

Político, ecologista liberal e investigador mexicano, ha fungido como funcionario público y activista en el sector privado. Fue candidato del partido Nueva Alianza a Presidente de México en las elecciones de 2012.

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