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Fuerzas armadas, poder económico
La militarización de las tareas de seguridad durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador es considerable.
Pero la militarización de actividades civiles y empresariales registra niveles nunca antes vistos en la historia nacional.
El Ejército y la Marina se han convertido en consorcios empresariales.
El gobierno lopezobradorista ha transformado a las fuerzas armadas en crecientes y poderosas entidades económicas.
Los son por el tamaño de los recursos que administran para construir y operar infraestructura, entre otras muchas actividades.
Aunque al mismo tiempo, tienen un destino incierto, por la dudosa rentabilidad de las obras icónicas que presuntamente serán fuente de sus pensiones.
Se han convertido en entidades económicas que desplazan, en el ámbito privado a empresas, en su mayoría medianas y pequeñas, y capital humano: arquitectos, ingenieros, etcétera.
Y en el ámbito público, desplazan en las prioridades presupuestales a diferentes dependencias gubernamentales
Hay que recordar que al inicio del actual gobierno, los militares relevaron a los más importantes grupos empresariales mexicanos en la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en sustitución del cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Eso fue apenas el principio.
Con el argumento de que no hay otro sector más confiable y honesto, se les ha dado una especie de patente de corzo; es decir para que hagan prácticamente lo que quieran.
Las obras que construyen están exentas de la transparencia y cubiertas bajo el concepto de seguridad nacional.
El Presidente de la República lo repite frecuentemente: si algún día regresan los “neoliberales” no podrán pretender privatizar las actividades que administran y operan las fuerzas armadas.
Han sido muchos los reclamos, señalamientos e inconformidades que se han hecho por distintos sectores y actores de la sociedad, por el consecuente desplazamiento de la iniciativa privada, y el gobierno lopezobradorista no los ha atendido.
El empresario más rico de México, Carlos Slim criticó recientemente la militarización de actividades civiles. “Es un exceso que estén metidos en tantas cosas”, dijo.
Advirtió que (los militares) pueden crear un problema mayor, al no tener experiencia en la administración de negocios.
Que estén a cargo de la construcción y hasta la administración, es un exceso, subrayó.
La gota que derramó el vaso en torno a la creciente invasión de los militares en las obras civiles, es la cancelación del presupuesto por 11 mil millones de pesos para el mantenimiento y conservación de la red carretera federal, registrada en los últimos días.
El argumento oficial es que el Ejército y la Marina construyen más rápido, más económicamente y “blindan” hacia el futuro la operación de muchas de las actividades que se les han entregado.
El gobierno lopezobradorista ha entregado al Ejército y a la Marina, la operación de aeropuertos, puertos marinos, la compra y distribución de medicamentos a través de Birmex, una línea aérea: Mexicana de Aviación, más las aduanas, y ahora hasta el bacheo de las carreteras de la red federal, entre otras muchas.
El Día del Ejército, el presidente de la República refirió una larga lista de todo lo que les ha entregado.
En torno al mantenimiento de las carreteras federales, hasta ahora todo sigue siendo un misterio. El presidente aseveró que había muchas transas y que por eso se había reservado el presupuesto y dijo que el Ejército se encargaría de la manutención de las carreteras del sureste. Sin embargo la instrucción de cancelación de las licitaciones para el mantenimiento está vigente para todo el país.
Carlos Fierros Pacheco, presidente del Consejo Directivo del Colegio de Ingenieros Civiles, asegura que se prevé la quiebra de muchas empresas pequeñas y medianas ante la decisión gubernamental.
No entiende qué caso tiene que el mismo presupuesto pudiera ser ejercido por el Ejército en lugar de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.
Al final lo más probable es que el Ejército tenga que subcontratar a las empresas privadas, advierte el representante de los ingenieros civiles, anticipa.
Fierros advierte que el gobierno está violando el artículo 129 de la Constitución que acota las actividades a las que debe encargarse el Ejército.
El presidente tiene su propia interpretación de lo que dice la Constitución al respecto.
Lo cierto es que el empoderamiento económico de las fuerzas armadas es riesgoso, porque la viabilidad de los negocios que administra es incierta; por no hablar de los riesgos políticos. Al tiempo.