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Ganadería, pintada de verde (II)
La ganadería es una actividad que se ha estigmatizado mucho. sin embargo, cabe hacer mención de la caracterización de esta actividad y las acciones hechas por sus principales actores para lograr mitigar y adaptarse al cambio climático
La ganadería acompañó a los pioneros en el nuevo continente como proveedor de alimento, vestido, transporte, herramienta y medio de culturización, incluso hasta la época actual.
Los rumiantes cuentan con la habilidad fisiológica de la fermentación entérica que logra transformar el forraje de baja calidad a proteína de alta disponibilidad y calidad para la alimentación humana, siendo también un generador de ingresos y capital a partir de pastos, principalmente en los segmentos de las zonas rurales de menores ingresos de nuestro país; con la virtud de que se desarrolla en zonas en las que la actividad humana o agrícola no lo pueden hacer, señalando que las vacas no cortan árboles ni tumban selvas para su beneficio.
Desde hace varias décadas, los centros de investigación y docencia, consultores técnicos, así como los propios ganaderos, han trabajado en buscar alternativas para lograr que los sistemas de producción sean más eficientes en el uso de los recursos naturales y aunado a la incorporación reciente de la sociedad civil, la industria cárnica y ahora también, el sector financiero, la ganadería está reposicionándose como una actividad proactiva en el cuidado del medio.
Esta conjugación de esfuerzos entre entidades ha permitido el desarrollo, promoción y adopción de biotecnologías y de generación de energías alternativas que contribuyen a reducir la emisión de CO2e.
Asimismo, la sustentabilidad de la ganadería no sólo se da en la actividad primaria, ya que es un concepto más amplio que debe abarcar la industria, el empaque, la comercialización e incluso al consumidor de los productos pecuarios; es decir, se requiere de una visión de red de valor sustentable integral, abarcando las principales actividades pecuarias, bovinos, porcinos y aves.
Hay varios esfuerzos en pro de la ganadería sustentable (GS), desde los gobiernos e instituciones como Sagarpa, Semarnat, Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, la Facultad de Veterinaria de la UNAM, la UACH, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura y demás organizaciones de productores y empresariales (CNOG, AMEG, UNA, ONAPOR, ANETIF, Comercarne), como también la participación de iniciativas no gubernamentales nacionales e internacionales a través del Inecol, GIZ y AFD entre otras, e incluso, también la participación financiera por medio de FIRA, BID y Banco Mundial.
En el caso de FIRA, la sustentabilidad es uno de los temas que desde los años 80 ha venido impulsando esta institución a través de la promoción de tecnologías como el manejo holístico, el pastoreo intensivo tecnificado, los sistemas silvopastoriles y bancos de proteína y energía entre otros, enfocando sus servicios en tres líneas principales: 1) Transferencia tecnológica que integra la promoción de la ganadería sustentable, asistencia técnica y capacitación. 2) Financiamiento de esquemas integrales y conceptos de inversión para la ganadería sustentable, así como la administración de riesgos inherentes a los proyectos. 3) Integración a mercados para el desarrollo de proveedores y certificación.
Los productos, servicios financieros y tecnológicos de FIRA contribuyen a que la ganadería reverdezca, mitigue los efectos al ambiente, mejore la rentabilidad y la productividad de las redes de valor pecuarias; por ende, el ingreso de los productores pecuarios, nacionales.
*Eduardo Trejo González, especialista de la Dirección Técnica y de Redes de Valor de FIRA. La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.