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Opinión

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Ganadería tropical y las emisiones de metano

Para alimentar a la población mundial en crecimiento —de acuerdo con la FAO se espera superar la cifra de 9,000 millones en el año 2050— es necesario producir alimentos en sistemas de producción sustentables, donde el uso de los recursos naturales sea adecuado y eficiente.

Ganadería tropical es el medio de subsistencia para millones de personas en el trópico mexicano; sin embargo, los sistemas pecuarios predominantes son vulnerables a los efectos del cambio climático; por tal razón es de suma importancia implementar acciones y estrategias de adaptación y mitigación para garantizar la permanencia de la actividad ganadera.

Los sistemas de producción de carne y leche en el trópico se caracterizan por tener bajos indicadores productivos y altas tasas de emisiones de metano por unidad animal. Estas actividades se realizan principalmente en sistemas extensivos con gramíneas en monocultivo, suelos degradados y en donde existe marcada pérdida de biodiversidad, ocasionando un alto impacto ambiental y baja rentabilidad para los productores.

Dependiendo del enfoque utilizado para la cuantificación y del tipo emisiones estudiadas, diferentes instituciones (IPCC, FAO, EPA) han calculado que la contribución del ganado a las emisiones mundiales de los GEI antropogénicos representan entre 7 y 18% de las emisiones totales. Los gases que se emiten son en su mayoría en forma de metano CH4 (44%), óxido nitroso N2O (29%) y dióxido de carbono CO2 (27 por ciento).

Las emisiones de gas metano al ambiente, de acuerdo con su grado de impacto ambiental, provienen de: pantanos naturales (21%), cultivos de arroz (20%), ganado bovino (15%), pérdidas por combustión de los hidrocarburos (14%), combustión de biomasa (10%) y rellenos sanitarios (7 por ciento).

El metano CH4 es uno de los gases de efecto invernadero más perjudiciales que se emiten a la atmósfera, permanece en ella de nueve a 15 años y tiene un efecto contaminante 21 a 30 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2). Por lo tanto, el aumento de las emisiones y concentraciones de metano provoca calentamiento de la superficie terrestre y destrucción de la capa de ozono.

Los rumiantes emiten metano mediante la eructación, consecuencia de la digestión del alimento en el rumen, donde existen bacterias metanogénicas que llevan a cabo la degradación de los alimentos. La emisión de metano representa energía alimenticia que se transforma en forma de gas y no es aprovechada por el animal.

Los avances en la investigación científica han demostrado que mediante la manipulación de la alimentación de los rumiantes es posible mejorar las condiciones fermentativas a nivel ruminal y disminuir significativamente las emisiones de metano.

Las estrategias para transformar la ganadería tropical y disminuir las emisiones contaminantes dependerán del sistema de producción y las condiciones agroecológicas de la región. En la segunda entrega describiré algunas estrategias a implementar para reducir las emisiones de metano y aumentar la productividad ganadera.

*Mario Alberto Santiago Ortega es Especialista en el CDT Tantakin de FIRA. La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

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