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Opinión

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¡Gracias Benita!

Hoy tuve dos experiencias que quiero compartir, una que me hizo reflexionar y me resultó un poco insultante y otra que también me hizo reflexionar y me trascendió, porque era real, auténtica, no un producto de las denominadas posverdades actuales. El primero en el mundo virtual, con un sujeto que cobardemente no puede poner su cara y su nombre real en las redes, muy probablemente es lo que se conoce como un bot o algún vasallo cibernético; y en el segundo de los casos, una persona de verdad, frente a mí, con su realidad tal cual frente a la mía. 

El primero de los casos, es un perfil en X que después de que yo compartiera la convocatoria a los alumnos y sociedad en general, respecto de la marcha de este domingo 1 de septiembre, por la convicción de luchar por los principios constitucionales y división de poderes, atinó a escribir lo siguiente en X: 

“No se les olvide su outfit de marca para la ocasión, sus “guaruras” por cualquier cosa y su mejor perfume para oler bonito. Aahhh y no se les olvide ponerse su mascarilla para que su “delicada” piel no se les vaya a “dañar”… y cuando terminen dense una “vuelta” por el zócalo…” 

Básicamente, ese es el poderoso argumento de ciertas personas en contra de las opiniones técnicas y fundadas de los que no estamos de acuerdo con la actual propuesta de reforma judicial. Es obvio que no depara en temas como experiencia, idoneidad, capacidad, calificación, mérito, o cualquiera otra que signifique esfuerzo, dedicación y trabajo. Es superficial, burda, cobarde, ignorante y, sobre todo, de mala fe, pero pareciera que así es actualmente la línea; finalmente, es lo que ya están diciendo los oligarcas del partido gobernante; ahora los plebeyos mandan. 

Por tratarse de un enmascarado escondido en los medios digitales y medio hacer citas en inglés, es de presumirse que tiene acceso a la tecnología, y esto hace suponer que no pertenece a las poblaciones rurales sin acceso a internet. 

Por otra parte, algunas horas después, en mis rutinarias tareas de ir al super mercado, nada especialmente fancy pero sí muy necesario, porque todos requerimos huevos (en el palacio se sabe que son un buen desayuno y útiles para decir lo que pensamos aún frente a mayorías abrumadoras pero ficticias), así como leche, pan, carne, etc., y usualmente vamos a este tipo de tiendas. Y ahí conocí a Benita, aunque lo más probable es que no se entere de esta publicación. 

Benita es una mujer de entre 30 y 40 años, bajita de estatura y muy delgada, que por la mala alimentación y en general, por la vida difícil que ha tenido, pudiera parecer más grande de los que realmente es. Originaria de Huajapan de León, Oaxaca, desconociéndose si está acompañada de alguna pareja o tiene hijos, pero conociéndose que con su poco español está en el monstruo que significa la CDMX. Sabemos que lo más difícil para esas poblaciones no es la comida escasa o deficiente, porque lamentablemente siempre la han tenido así. Es la violencia, el crimen organizado que lastima a sus hijos reclutándolos o hijas, aprovechándose de ellas, lo que los expulsa, hace que huyan. 

Formado en la fila para pagar las mercancías que traía en mi carrito, de repente se acerca Benita y con su indumentaria autóctona, nos pregunta si podemos pagar dos paquetes de galletas que traía y ¼ de Kg de tortillas de maíz, al tiempo en que nos dice si puede también llevar aceite para cocinar. Benita dudó en acercarse, pero finalmente lo hizo. Lo más probable es que Benita no tenga domicilio formal en CDMX, ni cuenta bancaria ni nada por el estilo, y entonces, Benita no sea beneficiaria de los apoyos gubernamentales que pregona el presidente pero que en realidad pagamos todos con nuestros impuestos. 

Huajuapan de León parece un lugar bonito en Oaxaca, con mucha historia que bien cabría dentro de la consideración de pueblos mágicos. Es de habla esencialmente mixteca y su nombre actual en nahua (no olvidar los antecedentes imperialistas aztecas) significaría río de los huajes, aunque en la lengua original de la nación mixteca, que es la auténtica, sería Ñuu dee", tierra de valientes o lugar de gente valiente, lamentablemente velada por el referido imperio azteca (punto y aparte, habría que exigir al imperio azteca una disculpa y retribuciones por el abuso y tropelías cometidas contra otros pueblos originarios igual de dignos y valiosos como los tlaxcaltecas, y en este caso, la culta nación Mixteca que hoy nos enorgullece a nivel mundial). 

Finalmente, dos realidades, la normalización de la mediocridad, la envidia institucionalizada e insatisfacción del que sin hacer nada cree merecer todo, y Benita que haciendo y arriesgando todo, apenas logra algo, pero no es políticamente atractiva para este gobierno. Gracias Benita por la oportunidad de tratarte; hay muchísimo que hacer por México, pero lamentablemente no es a través de las huestes acomodaticias y oportunistas en el poder que tú y tu gente, van a estar mejor. 

Luis Bartolini Esparza 

Twitter: @LBartoliniE 

e-mail: lbartolini01@gmail.com 

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