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Grandes contribuyentes, ¡a temblar!
Si usted está entre los empresarios considerados como “grandes contribuyentes” (aquellos que realizan operaciones por más de 1,500 millones de pesos) y además incurre en “planeación fiscal agresiva” para eludir el pago completo de sus obligaciones, más le vale que regularice su situación fiscal porque de lo contrario se va a enfrentar a la nueva “fiscal de hierro”, la jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raquel Buenrostro.
No lo tome a broma, a la exoficial mayor de la Secretaría de Hacienda no le tiembla la mano para enfrentar a los poderosos intereses económicos. Lo demostró en el ejercicio de su posición en el primer año del gobierno de la cuarta transformación. No se confunda, no es terrorismo fiscal. Los contribuyentes cumplidores, no tienen nada que temer.
La jefa del SAT tiene claro que ese órgano fiscalizador no es enemigo de los ciudadanos y contribuyentes que cumplen.
Pero también tiene muy claro que debe poner freno a los poderosos intereses económicos que no pagan sus impuestos correctamente. La “mano firme” la aplicará en contra de los que realizan contabilidad creativa, a quienes utilizan la “planeación fiscal agresiva”.
Va contra quienes a la fecha mantienen litigios en contra del SAT, que en conjunto representa un valor por alrededor de 1.1 billones de pesos. Aquellos empresarios que cumplen, pero muy limitadamente con sus obligaciones fiscales, mediante el uso de prácticas contables y jurídicas.
Ese universo de privilegiados son los que deberían escuchar la voz de alerta: el SAT ha decidido poner la lupa y sujetarlos a un minucioso escrutinio.
Los revisará y analizará su comportamiento para abatir la escandalosa estrategia legaloide que utilizan para pagar en promedio sólo 2.2% en lugar de 35% del Impuesto sobre la Renta, como lo hacen los contribuyentes cautivos.
Aunque en términos porcentuales, los “grandes contribuyentes” son apenas 3% del padron total de contribuyentes, lo cierto es que nominalmente no son tan poquitos.
Son alrededor de 13,000 grandes contribuyentes. Pero lo más sorprendente es que este universo de grandes contribuyentes representa 65% de la recaudación.
Buenrostro tiene la encomienda de eliminar la inequidad que desde su campaña el ahora presidente de la República denunció: que los más poderosos empresarios no pagan impuestos. El cálculo es que asciende a 1.1 billones de pesos el valor económico de lo que está en disputa entre un grupo de grandes contribuyentes y el SAT.
El SAT, con Antonio Martínez Dagnino, como administrador general de Grandes Contribuyentes del SAT, —quien fue designado directamente por el presidente de la República— viene trabajando desde hace un año en un sistema de inteligencia y cruce de información con Hacienda y otras instancias gubernamentales para encontrar patrones de evasión y elusión fiscal, prácticas contables y jurídicas.
El SAT cuenta con la plataforma digital más poderosa que existe en el país considerando los ámbitos público y privado.
Martínez Dagnino ha estado inmerso en esta tarea y Buenrostro tiene la misión de aumentar la recaudación sin que el gobierno se vea obligado a realizar una reforma fiscal y sin que se tengan que aumentar o crear nuevos impuestos.
De una recaudación de 16% que hoy tiene México, podría aspirar a aumentarla en 25 por ciento.
El camino podría ser el del endurecimiento legal para que todos cumplan con el pago total de sus obligaciones.
Por ahora, hay un avance importante en la focalización de este universo de grandes contribuyentes y uno de los sectores en los que podría haber noticias pronto es en el del acero. Veremos.
Atisbos
GRATUIDAD. El director de los Institutos de Salud, Gustavo Reyes Terán, está convencido de que sí es posible hacer realidad la gratuidad en los servicios de salud. Pero se requieren alrededor de 7,500 millones de pesos para complementar el presupuesto anual total de 32,600 millones de pesos.