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¿Guardianes del dinero del pueblo?
A propósito del tema del cierre de la autopista México-Puebla por parte de un grupo de ejidatarios, el presidente López Obrador mencionó que para definir los montos que el gobierno federal pagará a los inconformes con relación a sus reclamos está sujeto a un avalúo de los terrenos involucrados, en ese contexto el presidente presumió que él y su gobierno son “guardianes del dinero del pueblo”.
Obviamente, al escuchar esta expresión me vinieron a la mente diversos ejemplos de proyectos o programas respecto de los cuales ha quedado acreditado que por falta de planeación, ni siquiera por falta de una planeación adecuada, sino simplemente por el hecho de que no hubo planeación en varios casos, el gobierno incurrió en sobre costos.
Ahí está el caso de la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, el Corredor Transístmico, y de manera señalada, la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, proyecto respecto del cual, sabemos que más por un capricho presidencial, que por sólidos argumentos económicos, se decidió cancelar ese proyecto que preveía la construcción de 5 pistas, y que producto de esa decisión se tuvo que incurrir en los costos inherentes a la cancelación de los contratos con los proveedores y el pago de la deuda que se había emitido para financiar la construcción de ese importante proyecto aeroportuario.
A los ejemplos señalados arriba hay que agregar otras decisiones caprichosas como las relacionadas con la reducción del volumen de exportación de petróleo crudo, la compra de pipas para distribuir gasolina a salvo del huachicol, actividad delicitiva que por cierto no se ha podido disminuir, contrario a lo que afima el presidente. De igual forma, hay que tomar en consideración los cuantiosos apoyos que el gobierno ha canalizado a Pemex, sin una garantía de que la empresa haya podido corregir de fondo sus problemas de viabilidad.
Justo en la misma mañanera, el presidente presumió que su gobierno ha obtenido ahorros de 337 mil millones de pesos como resultado de no permitir el huachicol. Al respecto, tarde o temprano se tendrá que demostrar dónde estuvieron esos supuestos ahorros, cuando es evidente, solo con observar las estadísticas, que el problema del robo de combustible a Pemex no se ha reducido.
Así que estamos en las postrimerías de un sexenio que eventualmente se tendrá que revisar con mayor detalle, porque los contribuyentes de México merecen cuentas claras. Será hasta ese momento que se podrá comprobar si el gobierno del presidente López Obrador fue en un eficaz guardián del dinero del pueblo, o en su caso, si se convertirá en un caso de estudio de cómo un gobierno dilapidó cuantiosos recursos, por no haber llevado a cabo de manera cuidadosa o con rigor, las etapas previas necesarias para definir los recursos humanos, materiales y financieros, así como los tiempos, que requerirá cualquier proyecto o programa que se ponga en marcha.
¿Quién en la Cámara de Diputados se animará a llevar a cabo esa tarea que también tiene esa cámara, que es la de asegurarse que los recursos públicos se ejercen de manera adecuada, en beneficio del pueblo México?
*El autor es economista.
@GerardoFloresR