Lectura 4:00 min
Guatemala, ¿es africano?; China y el cinismo de altura
La doctrina AMLO se podrá resumir al final de su sexenio con lo que, Fernando Marcos, el último analista de futbol con amplia cultura, editorializaba en “cuatro palabras”: el mundo soy yo.
Guatemala, desde México, parece un país incrustado entre Chad y Sudán o Angola y Zambia. Un país muy lejano a México. Con Guatemala no hablamos del nearshoring ni de paneles de controversia; no hay boyas de por medio ni Greg Abbott como vecino latoso. Guatemala no es el sueño americano ni el Walt Disney de los wanabis.
Poco importó cuántos kilos tenía Otto Pérez Molina cuando ingresó a la cárcel.
Los medios de comunicación mexicanos dedicaron varios reportajes para dar a conocer la estatura y el peso de Donald Trump luego de ser acusado por una fiscal en Georgia por haber intentado cometer un fraude electoral en las elecciones presidenciales en el 2020, pero poca difusión realizaron sobre el Plan Colosio, un operativo para asesinar al presidente electo de Guatemala Bernardo Arévalo.
¿En dónde está la secretaria de Relaciones Exteriores Alicia Bárcena? Es obvio que al presidente López Obrador poco le importa lo que ocurra en un país como Guatemala. Desde que inició su gobierno le echó agua bendita a sus vecinos del sur para hacer crecer los arbolitos que les obsequió.
En el pasado, la estrategia de política exterior mexicana incluía a Guatemala. O qué decir de El Salvador y las pláticas que tuvieron lugar en 1992 en el Castillo de Chapultepec para lograr el final de la guerra civil.
Hoy, AMLO poco habla sobre Bukele.
Bernardo Arévalo ha recibido más atención desde el Departamento de Estado en Washington que de Palacio Nacional o la torre de cancillería en avenida Juárez.
Arévalo se enfrenta a lo que parece una “tercera vuelta” electoral; no, no es electoral, es criminal. Lo quiere matar el sistema corrupto y mafioso. México, en silencio.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos les entregó a Bernardo Arévalo y a su compañera de fórmula Karin Herrera medidas cautelares para protegerlos del llamado Plan Colosio; no es necesario explicar cuál es el objetivo: asesinarlos.
Bernardo Arévalo no fue identificado en el radar del órgano corruptor guatemalteco hasta que logró su pase a la segunda vuelta. Su partido Movimiento Semilla se encontraba en octavo lugar en las encuestas, pero luego de que el órgano electoral eliminara al candidato Carlos Pineda, quien iba en primer lugar en las encuestas, Arévalo se convirtió en el candidato favorito por el amplio estrato de la población que está harta de la corrupción. Así me lo explicó el periodista guatemalteco del periódico Prensa Libre, Alex Rojas en el podcast Globaliqué de El Economista.
Acoso a japoneses
Ayer, la agencia AFP publicó una nota sobre un empresario de Fukushima, quien declaró que sus cuatro restaurantes y pastelerías habían recibido cerca de 1,000 llamadas el viernes, la mayoría procedentes de China, como una estrategia de acoso.
China ha protestado contra la decisión que tomó el gobierno japonés de Fumio Kishida de verter al mar las aguas residuales de la planta nuclear de Fukushima.
Lo importante es el dictamen del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Su director ha indicado que la descarga de agua es segura ya que los niveles de radiación son menores a los establecidos como no peligrosos.
China se ha olvidado muy pronto del Covid-19; nació en Wuhan, nos dicen. En un mercado de animales vivos. El virus ha matado a millones de personas en todo el mundo, pero solo Trump les ha reclamado. Cinismo de altura.
@faustopretelin