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Guía de estrategia de inversión para principiantes (Parte 1 de 2)
Una de las dudas más frecuentes que tienen las personas es sobre cómo invertir su dinero. Responder a esta pregunta requiere primero contestar otras:
• ¿Cuál es el objetivo de tu inversión? Por ejemplo: ¿construir patrimonio para tu retiro, comprar una casa, hacer un viaje o simplemente tener dinero para emergencias?
• ¿Durante cuánto tiempo vas a invertir? Esto está muy relacionado con la pregunta anterior: tu horizonte de inversión suele depender de tu objetivo.
• ¿Cuánto riesgo puedes manejar? Los mercados financieros tienen épocas buenas y malas, en ocasiones suben mucho, en otras tienen bajas muy rápidas y pronunciadas.
• ¿Cuánto riesgo realmente necesitas tomar para poder alcanzar ese objetivo? ¿Es más o es menos de lo que puedes manejar?
Si uno tiene esto claro, construir e implementar un portafolio de inversión adecuado no es una decisión complicada. No se necesitan modelos financieros sofisticados. De hecho, la estrategia correcta puede ser muy simple y efectiva.
Pero mucha gente se equivoca porque:
• Persigue rendimientos y se olvidan completamente del riesgo. Muchos ni siquiera saben en qué pusieron su dinero, ni de dónde salen los rendimientos. La primera regla de las inversiones es: nunca inviertas tu dinero en algo que no entiendes perfectamente.
• Piensa en términos de un instrumento “ideal”, del mejor “producto” para invertir y no de un portafolio diversificado. Eso los convierte en presa fácil de vendedores disfrazados de “asesores patrimoniales”, cuyo ingreso depende del producto que logran comercializar.
• No se preocupan por un elemento crucial, que impacta de manera directa el crecimiento potencial de su dinero: los costos implícitos que tienen muchos productos e instrumentos de inversión, además de las comisiones transaccionales.
• No entienden que la volatilidad es algo normal en los mercados financieros y que puede afectar, significativamente, incluso a las inversiones que se consideran más “seguras”.
• Se olvidan de los efectos de la inflación y de sus efectos en el valor del dinero en el futuro. El principal objetivo de las inversiones es lograr un crecimiento real de nuestro dinero (es decir, por arriba de la inflación).
• Desconocen el poder del rendimiento compuesto.
• Quieren tomar decisiones de inversión de largo plazo, basándose en perspectivas y “expectativas” de corto plazo.
Estrategias de inversión a corto plazo
Cuando uno tiene metas a corto plazo (menos de cinco años), la estabilidad y la liquidez son lo más importante. Uno no puede darse el lujo de exponerse demasiado a la volatilidad de los mercados.
En algunos casos se requiere liquidez inmediata (por ejemplo, el fondo para emergencias). Esto se puede lograr con un buen fondo de inversión en instrumentos de deuda, a través de algunas fintech bien estructuradas o incluso sofipos reguladas sujetas al Fondo de Protección (nunca hay que depositar en ellas más de lo que garantiza dicho fondo).
En otros casos la liquidez no es tan importante y uno puede aprovechar instrumentos de tasa fija de mayor plazo, pero siempre en consistencia con el plazo (horizonte) de nuestra inversión. En otras palabras: uno debe tener claro cuándo necesitará acceso a su dinero.
Pero uno puede contemplar Cetes desde tres meses a dos años. Para objetivos a más de tres años, los Udibonos a este plazo son interesantes porque garantizan una tasa real (arriba de la inflación) pase lo que pase.
Quiero dar un ejemplo concreto. La estrategia que yo utilizo para mi fondo para emergencias es la siguiente:
• El equivalente a un mes de mis gastos está en el fondo BONDDIA (en Cetesdirecto) que me da liquidez diaria.
• El resto está invertido, de manera escalonada, en Cetes a 28 días. Así, una cuarta parte de estos recursos están disponibles cada semana y la totalidad en menos de un mes.
Esta estrategia puede no ser buena para otras personas, sobre todo para aquellas que apenas están construyendo su fondo para emergencias. A mí me funciona porque lo tengo completo y además dispongo de un colchón adicional: vivo un mes por delante. Esto significa que el dinero que voy a gastar este mes, es dinero que ya gané el mes pasado y que ya está sentado en mi cuenta, accesible en caso necesario. Porque mi plan de gastos es flexible y siempre, si la vida me tira alguna curva, lo puedo ajustar.
Cuando se trata de inversiones a largo plazo (construir un patrimonio que nos pueda dar libertad financiera o bien ahorro para el retiro), las cosas se ponen más interesantes. En la siguiente entrega hablaré de tres estrategias de inversión posibles con ejemplos.