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Gustavo Petro cae en El Triángulo de las Bermudas
El poder también es una caja de demonios.
Petro lo sabe.
Un amigo cercano del hoy presidente, Armando Benedetti, le llevó la agenda de su campaña presidencial. No solo eso, levantó 15,000 millones de pesos colombianos (60 millones de pesos mexicanos), sin embargo, una vez que Petro gana las elecciones, Benedetti no recibió a cambio ningún ministerio, como era su deseo.
El presidente Gustavo Petro lo “premió” con la embajada de Colombia en Caracas. No más. Lo quería lejos del epicentro de la Casa de Nariño (Palacio Presidencial) debido a que Benedetti arrastra algunos procesos judiciales.
Laura Sarabia, el segundo vértice de la historia que cierra el triángulo de poder de Petro, fue, hasta el viernes pasado, su jefa de gabinete.
Ocho años atrás, cuando Benedetti ocupa la presidencia del Partido de la U, invita a Sarabia para que se integre su equipo.
En noviembre del 2020 Benedetti se une al equipo de Gustavo Petro. Laura Sarabia, recibe la invitación de Benedetti para ir con él.
Al ganar las elecciones, el triángulo se rompe. Laura Sarabia recibe la invitación de Petro para que asuma las funciones de jefa de Gabinete y a Benedetti lo manda a Venezuela para restablecer la relación con la dictadura de Nicolás Maduro.
¿Celos profesionales? Al romperse el triángulo, los demonios escapan.
Benedetti se aburre en Caracas. Al ver que las reformas de Petro se atoran en el Congreso, le propone al presidente que lo regrese a Bogotá. Benedetti fue congresista, conoce las tuberías. El presidente le propone ocupar un puesto inexistente hasta el momento, la de superministro. Pero algo falla en el intento de reconstruir el triángulo. Una de dos, es Sarabia o es Petro la persona que no quiere ver a Benedetti de regreso.
En Caracas, Benedetti enfurece. Llama por teléfono a Sarabia y la insulta. Uno, dos, tres, cuatro… muchos insultos.
Sus teléfonos están intervenidos. La revista Semana da a conocer los audios.
Una batalla campal entre Petro y el fiscal general, Francisco Barbosa, ocurre en el cuarto de al lado.
El fiscal se entera que a la niñera que trabaja en casa de Laura Sarabia, Marelbys Meza, le fue aplicada la prueba del polígrafo por un robo de 7,000 dólares. Claro, el examen se lo aplican en la casa presidencial.
“Me sentí secuestrada”, le dijo Meza a Semana.
Otra vez, el misterio de los vértices. Marelbys Meza trabajó en casa de la familia Benedetti. Salió de ella acusada de robo. ¿Por qué la contrata Laura Sarabia?
Una escena más peculiar ocurre luego de que Sarabia despide a la niñera. Benedetti llama a Marelbys para que viaje a Caracas para cuidar a sus hijos un fin de semana. Le ofrece un vuelo privado.
El fiscal acusa a Petro de haber intervenido el teléfono de la niñera de su jefa de gabinete.
El triángulo vuela en pedazos, y Petro despide a Benedetti y a Sarabia.
Las palabras de Benedetti en contra de Sarabia son lamentables; muestra de que el poder es vecino del lugar donde habitan los demonios.
Entre el enfurecimiento de Benedetti en contra de Sarabia, hay elementos rescatables: el exembajador dice que el Gobierno de Petro es “un Titanic”, tiene razón, la popularidad del presidente es algo más que anémica.
Benedetti revela entre el dinero que recibió Petro para financiar su campaña, no sólo tiene su origen entre “emprendedores”. Deja abierta la puerta del narcotráfico o producto de la corrupción.
También señala que el Gobierno “está desarticulado”. Menciona el ejemplo de un reclamo que le hace el ministro de Defensa al director de la policía sobre el origen de las intervenciones telefónicas, al tiempo que Petro decía que en su Gobierno no hay espionaje.
El presidente Petro ha caído en El Triángulo de las Bermudas.
@faustopretelin