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Hagan sus apuestas
Cada vez se acerca más la posibilidad de que se deje de apoyar a los mercados, léase disminuir las condiciones de extrema liquidez, lo que provocó que el dólar se fortaleciera frente a las principales divisas y algunas materias primas como el petróleo, perdieran en siete sesiones consecutivas
Estamos por cerrar el mes de agosto y los mercados siguen invadidos por la incertidumbre y fuerte volatilidad que no ha dejado de estar presente a lo largo del año, ante las presiones inflacionarias, las expectativas de crecimiento económico o desaceleración y una pandemia que no afloja.
Como lo hemos comentado en este mismo espacio en un sinnúmero de ocasiones, los bancos centrales, particularmente la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo, han utilizado todas las herramientas que han tenido a la mano para reactivar sus economías frente a la crisis sanitaria que enfrentamos a nivel global, inyectando fuertes cantidades de dinero a los mercados.
Lo anterior ha generado burbujas en el precio de diferentes activos. Tal es el caso de las materias primas, como el petróleo, el precio de los granos, metales e inclusive ha servido para impulsar las bolsas accionarias, que en algunos casos han roto máximos históricos en medio de una fuerte crisis económica derivada de la pandemia.
Como toda medicina, los efectos secundarios de esta liquidez excesiva y una política monetaria laxa se han manifestado en fuertes presiones inflacionarias, tal es el caso de Estados Unidos y México, con niveles que han rebasado ya los 5 y 6% en términos anualizados respectivamente, una volatilidad constante en los mercados de divisas, deuda, materias primas y accionarios.
Y a pesar de todos los esfuerzos, hoy estamos en una tercera ola de contagios a través de la variante Delta, donde los científicos no logran encontrar una solución definitiva y que nos hace que una vez más se ponga sobre la mesa la posibilidad de que el impulso económico y la recuperación tan esperada, se vea aún lejana.
Como es sabido, la Reserva Federal tiene un doble mandato: por un lado asegurar el crecimiento económico de la Unión Americana y por el otro mantener la inflación a raya. Hoy por hoy, las fuertes inyecciones de liquidez en el mercado a través de las recompras de activos en los mercados y mantener su tasa de referencia baja, han ayudado a reactivar su economía; sin embargo, los niveles de empleo previos a la pandemia siguen estando lejos, mientras que la inflación ha seguido creciendo.
La semana pasada se publicaron las minutas de la Fed en donde con opiniones divididas de los Miembros del Comité de Mercado Abierto se ve ya la intención de que la Fed pudiese dejar de comprar activos e inyectar liquidez a los mercados tan pronto como este mismo año. No es una decisión tomada, pero antes de su última reunión esa posibilidad se planteaba hasta el año entrante.
Cada vez se acerca más la posibilidad de que se deje de apoyar a los mercados, léase disminuir las condiciones de extrema liquidez, lo que provocó que el dólar se fortaleciera frente a las principales divisas y algunas materias primas como el petróleo perdieran en siete sesiones consecutivas.
El reto sigue siendo tomar decisiones que permitan un equilibrio adecuado entre crecimiento económico y mantener la inflación a raya, situación que se antoja complicada ante la incertidumbre sobre el tiempo que se mantendrá la pandemia sin una solución definitiva.
Por lo pronto, el Banco de México, que a diferencia de la Fed solo tiene un mandato, el de controlar la inflación, ya ha incrementado su tasa de referencia en dos ocasiones para llevarla a niveles de 4.50%; sin embargo, también es muy importante destacar que ese nivel de tasas sigue otorgando un rendimiento negativo en términos reales, lo que genera que se pierda atractivo para los inversionistas extranjeros y por lo tanto la cotización peso/dólar siga con posibilidades de perder terreno.
Hoy los mercados están centrados en dar seguimiento estrecho a la decisión que finalmente tomará la Fed con respecto a su estrategia de compra de activos, ya que esto sin duda tendrá impacto en todos los mercados.
Por lo pronto, entre la estrategia que sigan los bancos centrales, el embate de la tercera ola de la pandemia y el delicado equilibrio entre crecer económicamente y controlar la inflación, mantendrá a los mercados con fuerte volatilidad. ¡Hagan sus apuestas!