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Historia de un juez
Estuve trabajando en un borrador de artículo para explicar el sinsentido de la reforma que el obradorato pretende hacer al poder judicial, pero no había mucho que yo pudiera añadir a lo que ya se ha dicho y ha caído en oídos sordos. Afortunadamente, encontré en X el testimonio del juez de distrito Miguel Luna, quien resume de manera magistral y sencilla lo que el obradorato pretende destruir. Estas son sus palabras:
“Como apunto en mi TL, soy abogado y juez de Distrito. Crecí en Guadalupe, NL. Estudié en escuelas públicas (secundaria 13, prepa 8 y Facultad de Derecho de la UANL). Empecé como meritorio en el PJF en el año 2002, a mis 18 años. Trabajé sin sueldo hasta noviembre de 2005. Hasta entonces mis padres, con mucho esfuerzo económico lograron pagarme mis estudios en la UANL. En noviembre de 2005, fui designado como oficial judicial en un Tribunal Colegiado, teniendo ya 21 años. Pagué el resto de mi carrera (9o y 10o semestre más gastos de titulación) y me dediqué a capacitarme en cursos del entonces Instituto de la Judicatura Federal, al tiempo que dirigí todos mis esfuerzos para aprender a redactar mejores sentencias; cosa que venía haciendo de años...
En el año 2009 presenté por primera vez el examen para la categoría de Secretario y lo acredité con 91 puntos. Ese mismo año fui designado como Secretario en el mismo Tribunal Colegiado. Redacté de 3 a 5 sentencias semanales de amparos en revisión, amparos directos, revisiones fiscales, quejas, reclamaciones e inconformidades durante 7 años. En agosto de 2015 me inscribí al concurso de oposición para ser designado Juez de Distrito. Los días 5 de septiembre, 5 de octubre y 5 de noviembre fueron los exámenes de aptitud. El primero fue uno de 100 reactivos, para el cual estudiamos toda la jurisprudencia de la Suprema Corte (yo conté 15,000 tesis) más toda la legislación y doctrina que el tiempo nos permitió.
Presentamos 2000 personas y pasamos menos de 200 a la segunda etapa. En ésta se nos presentó un expediente de amparo indirecto contra leyes fiscales, para redactar el proyecto en 5 horas. Trató sobre un derecho de alumbrado público. El promovente era una cadena de supermercados que tenía decenas de unidades en todos los Municipios del Estado. La técnica legislativa era expedir una ley de ingresos por Municipio y reclamaba todos los actos de aplicación. En 3 horas leyendo llegué a la convicción de negar el amparo, así que tuve 2 para redactar el proyecto, examinar todas las causales de improcedencia propuestas y todos los conceptos de violación (7). Saqué 94.
Después fue el último examen oral, frente a una Consejera, un Magistrado y un Juez. Me cuestionaron por una hora sobre derecho penal, laboral, administrativo, fiscal y de amparo. Saqué 98. En diciembre salí en la lista de los 20 vencedores de la sede en que presenté (Monterrey). En 2016 fui adscrito al Juzgado 9o en Tamaulipas y en 2019 al Primero Auxiliar en Saltillo, Coahuila. Tengo casi 9 años como juez. A los 6 años de mi designación me iniciaron el procedimiento de ratificación, en el cual el CJF examinó la evolución de mi patrimonio y todo mi desempeño como Juzgador. En 2022 fui ratificado con más de 90 puntos por rubro.
He seguido preparándome. Estudié una maestría en amparo; actualmente estoy concluyendo otra en Derecho Constitucional y DDHH y voy empezando una en Derecho Fiscal. He recibido más de 30 cursos del Instituto, ahora Escuela Federal de Formación Judicial. He impartido decenas de conferencias en Tampico, Saltillo y Monterrey. He sido maestro en el Curso Básico de Formación para Secretarios desde el 2018 hasta la fecha, cada año y he tratado de mejorar mi desempeño en los Juzgados donde he estado. He trabajado con la puerta abierta y de cara a los usuarios del servicio de doy, enfrentando sus descontentos, reconociendo mis errores cuando los he cometido y corrigiéndolos.
Cada sentencia implica una parte conforme y otra inconforme; cada sentencia es un reclamo y una felicitación. Cada sentencia es un usuario satisfecho y otro enojado. Como jueces no podemos darle gusto a nadie; nos entregamos al derecho que creemos aplicable a cada caso, conforme a nuestro criterio, sin presiones externas. Mi mayor meta es que incluso con quienes no compartí criterio, se sientan satisfechos y atendidos con una resolución que les haga saber que su caso fue revisado a conciencia. Nunca podré darle la razón a todos, porque la naturaleza de mi función no lo permite. Es imposible.
El PJF ha sido siempre mi plan de vida y el sustento de mi familia. Hoy una reforma a la Constitución pretende eliminar 1600 historias así, por sólo 60 días de "campaña", sin recursos y a capricho de los políticos que darán su favor y propondrán a los candidatos; destruyendo otras decenas de miles de historias en formación. Dudo que sea la mejor. No es algo de lo que quiera formar parte. Estoy a disposición de todos ustedes. Pregúntenme lo que quieran sobre la carrera judicial y lo que significa trabajar en un PJF independiente y profesionalizado, sin presiones y sin deberle nada a nadie. #IndependenciaJudicial.
@gsoriag